Los envases retornables son ejemplo perfecto de circularidad, ya que pueden dar 12 vueltas en el caso de los plásticos y 35 en los vidrios y nunca terminan en la basura.
Al hablar de retornables hay un inmediato viaje al pasado. Un breve recuerdo de los años en que una bebida al centro de la mesa alcanzaba para todos y en que la visita al almacén incluía siempre un envase bajo el brazo. Las botellas retornables han estado en la vida de los chilenos desde siempre y son parte de nuestro ideario cultural.
La modernidad trajo consigo una mayor conciencia medioambiental. Términos como reciclaje, economía circular y segregación empezaron a ser parte de nuestro lenguaje cotidiano. “Queremos hacerlo mejor y tenemos que hacerlo mejor”, fue el compromiso de Coca-Cola a nivel global, Un Mundo Sin Residuos, iniciativa a través de la cual la Compañía se compromete a recuperar el 100% de sus envases y al menos un 25% de su portafolio sea en formatos retornables al 2030.
Como parte de este compromiso, Coca-Cola Latinoamérica se ha posicionado como líder en el mundo al lograr, durante el 2021, que el 34% del volumen de ventas de su portafolio en este formato. En Chile, aproximadamente el 30% de las ventas de bebidas son retornables, lo que ubica al país como líder indiscutido de la región y segundo a nivel mundial después de Alemania.
En nuestro país, el 70% de las ventas de las bebidas que se venden en almacenes son retornables y más del 90 por ciento de ellas vuelve a la planta para continuar su círculo virtuoso y seguir con su vida útil. Pero además de este canal de venta, en el último tiempo se ha incrementado la presencia de este empaque en distintos comercios, como supermercados y tiendas de conveniencia, como OXXO y Petrobras. Y el e-commerce no se ha quedado atrás; el sitio web www.micocacola.cl es la primera plataforma que ofrece retornables, y lo hace a través del mismo sistema de “logística reversa” que opera en todos los canales: el mismo camión que traslada las bebidas, regresa a la planta con los envases vacíos.
“Los envases retornables son un ejemplo de economía circular y, por esta razón, desde Coca-Cola llevamos muchos años impulsando su uso. Para medir la sustentabilidad de los retornables un estudio del DICTUC y TriCiclos determinó que una botella retornable de plástico puede dar hasta 12 vueltas en el mercado y las de vidrio 35 antes de ser retirada del mercado, pero además tienen una vida totalmente “circular” porque siempre vuelven a nosotros: las vamos a buscar, ya sea para volver a llenarlas o para retirarlas cuando terminan su vida útil y son recicladas para transformarse en nuevos productos”, explica Paola Calorio, directora de Comunicaciones, Asuntos Públicos y Sustentabilidad de Coca-Cola Chile, Bolivia y Paraguay.
Como parte de las innovaciones que ha implementado la Compañía, destaca la Botella Única, un mismo empaque para todas las variedades de bebidas, que simplifica el proceso de reutilización, pero que además disminuye un 10% al año la cantidad de plástico nuevo. Además, durante 2022 se está desarrollando el programa piloto de Botella Virtual, donde se busca eliminar la barrera física del empaque a través de una plataforma en que los consumidores pueden ´virtualizar´ sus envases y canjearlos a través de un código QR.
Pero además del ahorro de plástico, la sola utilización de 2 envases retornables durante un año ahorra tanto CO2 como si 200 mil chilenos decidieran no tener auto, lo que equivale al 10% del parque automotriz de Santiago. Es por eso que los envases reutilizables se encuentran entre las formas más efectivas de disminuir los residuos, utilizar menos recursos y reducir nuestra huella de carbono en apoyo a una economía circular.
“Queremos construir una visión sólida sobre los envases retornables como un ejemplo clave de cómo estamos potenciando una economía circular basada en la conservación del valor técnico y económico de los materiales. Estamos convencidos de que adoptar en mayor medida los modelos de empaques retornables tiene un impacto positivo en el ciclo de vida de los productos y la preservación de la naturaleza”, dice Verónica de la Cerda, directora general de TriCiclos.