Federico Gelblung, Customer Success Team, VISMA Latam
No hay nada más desmotivador que sentirse “uno más del montón”. Pensar que el trabajo diario pasa desapercibido, que se avanza a ciegas, sin saber si vamos por buen camino o estamos muy por debajo de las expectativas. Muchos líderes no parecen darse cuenta de esta necesidad. Mientras que sus empleados piden a gritos feedback por sus logros y esfuerzos.
Gallup señala que solo 1 de cada 4 colaboradores asegura que recibió reconocimiento por haber hecho bien su trabajo en la última semana. Pero advierte que, si esa cifra pudiera llevarse a 6 de cada 10, no solo la calidad del trabajo mejoraría en 28%, sino que el absentismo se reduciría en 31%. ¡El cambio sería enorme!
En tiempos de crisis como los que estamos viviendo hoy, cuando la incertidumbre ha hecho oscilar nuestra seguridad sanitaria, profesional, económica e incluso emocional, es especialmente importante apoyar a la gente, ver (demostrar que vemos) sus avances, aplaudirlos. Y algo sencillo, pero significativo, como un “gracias”, “buen trabajo”, “bien, equipo” podría ser más que suficiente.
En casos de trabajo remoto o híbrido, el reconocimiento de los líderes hacia su gente adquiere mayor relevancia. Cuando alguien merece una felicitación por una idea innovadora, su eficiencia o, simplemente, por un trabajo bien hecho, ese reconocimiento puede hacerse a nivel individual o público, ante todo el equipo. De alguna forma esto último no solo estimula al protagonista, sino que también puede motivar al resto (a todos nos gusta ser reconocidos); así se va construyendo un equipo seguro de sí mismo, interesado en nuevos desafíos, interesado en un crecimiento cualitativo.
Actualmente existen herramientas digitales “mobile”, apps que se llevan en el smartphone, que mantienen en contacto a los equipos y comunican ese tipo de reconocimientos, incluso con emoticones, y permiten compartir tanto los éxitos individuales como los del conjunto.
Fomentar una cultura organizacional basada en el reconocimiento ayuda a que los profesionales se sientan más motivados y comprometidos con sus organizaciones y sus clientes.
El desafío de las empresas es ser flexibles, lograr una mirada más abierta, que ayude a los colaboradores a contribuir con su bienestar y promover su confianza, lo que, sin duda, tendrá un impacto positivo en el ámbito laboral.