Arturo Celedón, Director Ejecutivo Fundación Colunga
A pocos días de que comiencen las vacaciones de invierno —adelantadas y extendidas— por el Ministerio de Educación como respuesta al alza de la circulación de virus respiratorios, sobre todo entre quienes tienen menos de 5 años y, según informó el MINSAL, al alto número de ocupación de las camas de UCI pediátricas en el país. Cabe preguntarse, ¿cuántos días más pueden perder de clases las niñas, niños y adolescentes?
Entendemos que se han tomado medidas para paliar un nuevo avance del rezago escolar como diferenciar el calendario del receso entre algunas regiones, mantener abiertos algunos establecimientos e instruir, desde la Dirección del Trabajo, que madres y padres con hijas e hijos en edad escolar puedan trabajar desde sus casas.
Sin embargo, es fundamental conocer los planes para recuperar esos aprendizajes que, inevitablemente, se perderán, ya que no habría una extensión al cierre del año escolar. Se deben hacer todos los esfuerzos para evitar que niñas, niños y adolescentes sigan perdiendo clases, no solo por la falta de herramientas formales, sino por y, quizás más preocupante aún, las brechas que se generan en sociabilidad y en ese fundamental desarrollo del concepto de comunidad.
Debemos, como país, tener un plan que permita todos los actores de la sociedad colaborar para fortalecer la educación que reciben las niñas, niños y adolescentes.
No podemos olvidar que, durante los primeros años de la pandemia, Chile fue uno de los países que mantuvo por mayor tiempo cerrados —total o parcialmente— los establecimientos educacionales, lo que ya ha mostrado consecuencias negativas en escolares sobre todo en materia de rezago, pero también en desescolarización, con 186.000 estudiantes hasta 21 años, fuera del sistema escolar, según el propio MINEDUC.
Que este periodo no perjudique las trayectorias de vida de miles de niñas, niños y adolescentes y les permita desarrollar al máximo sus potencialidades, es tarea de cada uno de nosotros y el cierre de los colegios, lamentablemente, no ayuda a su pleno desarrollo.