Víctor Cabrera, director de la división de Seguridad Vial de 3M Latinoamérica.
A nivel mundial, cada año se registran alrededor de 1.3 millones de fallecimientos a causa de un accidente vial, lo que equivale a 3 mil 500 personas cada día o 24 cada segundo. De hecho, y de acuerdo con información de la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta problemática es la principal causa de muerte entre niños y jóvenes de 5 a 14 años.
Ante este panorama -el año pasado- la Asamblea General de las Naciones Unidas dio inicio al Decenio de Acción para la Seguridad Vial 2021-2030, el cual tiene como objetivo reducir en un 50% el número de muertes y traumatismos ocasionados por accidentes viales. No me queda la menor duda de que, para lograr esta meta, será necesaria la colaboración entre gobiernos, iniciativa privada y sociedad en general, ya que, de no hacerlo, la cifra de mortalidad podría aumentar hasta 13 millones para el 2030.
Desde mi área de expertise, considero que, para mitigar esta problemática, se deberá seguir priorizado las medidas multisectoriales de seguridad vial con especial énfasis en las poblaciones más vulnerables como niños y jóvenes. Bajo esta línea, las zonas escolares son puntos de referencia que deben ser atendidas con urgencia, ya que de acuerdo con cifras del Banco Interamericano de Desarrollo, alrededor de 80 mil niños que viven en países en desarrollo, pierden su derecho a la educación; debido a que el trasladarse desde y hacia la escuela, en muchas ocasiones, resulta la parte más peligrosa de su día.
Por otro lado, y de acuerdo con el estudio “3M Global Transportation Safety Survey”, el cual midió la percepción y preocupación respecto a la seguridad vial en todo el mundo, 64% de los padres de familia que fueron encuestados en América Latina, coincidieron que su principal inquietud era el traslado seguro de sus hijos a la escuela. Asimismo, 43% de los encuestados confirmó que sus hijos se trasladaban caminando hacia y desde la escuela, en tanto que, 35% afirmó que utilizaban vehículo para este fin.
Estas cifras refuerzan la premisa de seguir realizando esfuerzos centrados en el mejoramiento de infraestructura vial para niños y jóvenes -como son las zonas escolares de todo el mundo- ya que de esta manera se puede reducir de manera significativa el número de accidentes viales. Además, se logra mejorar el entorno de peatones y ciclistas, así como también se promueve la actividad física y se consigue reducir la velocidad vehicular.
Con más de 80 años de actuación y experiencia en seguridad vial, nosotros de 3M creemos que una de las principales intervenciones deba estar enfocada en un plan señalización de zona escolar preparado con el fin de desarrollar la uniformidad en el uso de los controles de tráfico del área y servir como base para un plan de control de tráfico escolar para cada unidad escolar. Elaborado de manera sistemática por la escuela, la autoridad de tránsito y los ingenieros viales, debe consistir en un mapa que muestre las calles, la escuela, los controles de tráfico existentes, las rutas de paseo escolares establecidas y los cruces escolares establecidos. Los tipos de señales verticales y horizontales utilizados en la zona escolar ya sean de advertencia o reglamentarias, corresponderán al plan de señalización y deben estar relacionados con el volumen y la velocidad del tráfico vehicular, el ancho de la calle y el número y la edad de los estudiantes que utilizan el cruce.
Por último, y entre las adecuaciones que considero relevantes implementar en este tipo de zonas, por su alto grado de efectivad, y para garantizar la encomienda de que todos los niños merecen acceso a la educación, y que la seguridad vial no debería ser una barrera para este fin, se encuentra el poner señalizaciones que sean altamente visibles, pasos peatonales, marcado de pavimento, cruces a media cuadra, ciclovías, entre otros elementos.Es precisamente este tipo de acciones las que estamos realizando desde 3M a nivel global a través de nuestro programa “Seguridad en Zonas Escolares”, el cual tiene contemplado la intervención de 100 zonas escolares para 2024, lo que nos permite ser un agente de cambio para la sociedad y con ello, salvaguardar la seguridad de las personas más vulnerables. En colaboración entre gobiernos, iniciativa privada y sociedad en general, queremos a través de la Ciencia, llevar más seguridad para la vida de millones de estudiantes diariamente.