María Jesús Guzman, Gerente general de OTEC Forincom
Desafío10X es un movimiento empresarial que nace con el objetivo de inspirar a las empresas a compartir de manera más justa el valor que generan, para mejorar el bienestar de sus trabajadores; por lo que a través de actividades y conversatorios, buscan debatir diversas problemáticas para concientizar sobre las brechas existentes en nuestro país.
El jueves 26 de mayo, se realizó un conversatorio donde representantes de socios de Desafío 10X ligados a la educación, como el Instituto profesional IACC; E-Class; Colegio British High School y la OTEC Forincom, conversaron en torno a “La educación como herramienta hacia un país más equitativo”.
En la oportunidad, enfatizaron en que la pandemia por el Covid-19 generó un antes y un después en muchos aspectos de nuestras vidas, siendo la educación una de las esferas más perjudicadas. La emergencia sanitaria obligó al cierre masivo de las actividades presenciales de todos los niveles en las instituciones educativas con el fin de evitar la propagación del virus y mitigar su impacto. Esto dio origen a tres campos de acción principales: la modalidad de clases online mediante la utilización de diversos formatos y plataformas; el apoyo y la movilización de las comunidades educativas y la búsqueda del bienestar integral de los estudiantes.
Si bien la pandemia ha causado estragos en el sistema educativo, anterior a ella también existían diversas dificultades en torno a la brecha educacional que se mantiene en el país. Esta problemática, que se ha perpetuado en nuestros salones de clases es sistémica, multivariable y tiene restricciones económicas, ya que no todo recinto educacional cuenta con los mismos recursos para poder desarrollar competencias que beneficien a los alumnos de camino a su proceso formativo.
Según la prueba PIAAC, organizada por la OCDE, encargada de medir las capacidades necesarias para la empleabilidad, el 50% de los trabajadores del país padecen de un analfabetismo funcional. Esto hace referencia a bajas capacidades matemáticas, de comprensión y resolución de nuevas problemáticas. Entonces, ¿cuál es el plan para que se corrija este déficit en los años venideros?, ¿cómo el rol de la educación primaria puede generar una transformación integradora para mejorar la calidad de competencias en nuestra adultez?
Más que evaluar a los estudiantes, es necesario un proceso de nivelación en las aulas. No olvidemos que el aprendizaje va de la mano con las vinculaciones afectivas y al sistema socio emocional de cada alumno, por lo que la falta de estímulos y orientación ha conducido a bajos niveles de responsabilidad. Así, el desarrollo de la autorresponsabilidad y la autonomía son claves en este camino. Estos valores servirán como herramienta en el mundo laboral y la empleabilidad de cada individuo. Además, se necesitan transformaciones en la cultura del aprendizaje, crear un relacionamiento entre educación primaria y superior; ya que si bien estamos sometidos a una educación estandarizada, con contenidos específicos, necesitamos crear enfoques de creatividad e innovación en nuestros niños, generar el valor de qué si son capaces de ampliar sus horizontes y cumplir sus propias expectativas, de resolver nuevos conflictos y adaptarse a las transformaciones tecnológicas que llegaron para quedarse.
Así, futuras generaciones podrán enlazar ambos mundos y reemplazar el estigma de que “estudiar es tortuoso”; por el de que el aprendizaje -impulsado por la autonomía y autorresponsabilidad de cada individuo- genera grandes oportunidades en la adultez, que no sólo nos permitirá obtener una calidad de vida más positiva, sino que amplían la visión del mundo; por lo que excepcionalmente, la solución al problema sistémico de las brechas se encuentra en la educación y su capacidad de preparar alumnos integradores para el día de mañana.
