Desarrollar la agricultura en la zona austral de nuestro país es todo un desafío. Las condiciones climáticas extremas y la poca tecnología existente –entre otras causas– no permiten generar volúmenes productivos que satisfagan la demanda actual de la población. Una gran cantidad de las hortalizas que se consumen son llevadas desde otras regiones del país o deben ser importadas desde Argentina, a través de la Zona Franca.
Consciente de esta realidad y de las limitaciones que afectan a su comunidad, Nirmia Salamanca, una joven periodista, hija de agricultores de Puerto Natales, decidió postular un proyecto de ‘Germinación Eficiente’ al programa ‘Mi Raíz’ de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), del Ministerio de Agricultura, el que buscaba aumentar la producción del cultivo de lechugas de su comunidad agrícola, a través de la construcción de un vivero y un cuarto de germinación climatizado.
La iniciativa recibió los recursos para su ejecución en 2020 y hoy ya ha rendido importantes frutos. Así lo constató el subsecretario de Agricultura, José Guajardo Reyes, en el marco de su primera gira por la Región de Magallanes y la Antártica Chilena. “Hemos llegado hasta acá para empaparnos de las necesidades de la comunidad, para ver cómo descentralizamos las decisiones y cómo podemos atender las distintas urgencias que existen en el país”, señaló. “En la provincia de Última Esperanza, hemos podido conocer el trabajo consciente por el cuidado de la tierra y cómo este proyecto que construyó un invernadero, ha abastecido de hortalizas a la comunidad. Estamos muy contentos de ver que en la zona austral se puede hacer agricultura cuando hay ganas”, enfatizó la autoridad.
La tecnología al servicio de la pequeña agricultura
A través de este proyecto se logró establecer un sistema con tecnología de punta en producción de plantines de hortalizas. Se construyó un cuarto de germinación que controla temperatura, riego, luz y humedad y un vivero calefaccionado, para alcanzar un periodo adicional de siembra, y así aumentar la producción local de lechugas Grads Rapids, la más consumida en el mercado local.
“Teníamos problemas para agrandar la siembra, porque en agosto todavía tenemos heladas y eso nos impedía hacer plantines, ya que se demoraban demasiado en crecer. Fue por ese motivo que postulamos al FIA y creamos un vivero climatizado que nos permitió ahorrar 15 días en la producción y poder tener lechuga para comercializar, lo que se traduce en mejoras económicas”, señaló Nirmia Salamanca.
Paula Orellana, representante de FIA en Magallanes, en tanto, destacó el desarrollo de este innovador proyecto y los resultados obtenidos. “Esta iniciativa además anexó un vivero construido con desechos inorgánicos de la salmonicultura, lo que permitió disminuir el tiempo de generación de un plantin de siete días a 40 horas. La comunidad planificaba que la producción se duplicaría, pero ahora ya la están quintuplicando”, dijo. Y agregó que los excedentes que se obtendrán de esta cámara de germinación serán comercializados a otros productores, a través de la Cooperativa de trabajo Ñuke Mapu de Última Esperanza.