¿Cómo y cuándo nace la iniciativa de generar una reducción del consumo de agua de la planta ubicada en Tomé?
La iniciativa partió hace 10 años, y hasta la fecha hemos ido bajando el consumo de forma consistente, logrando cerca del 50% menos. Sin embargo, lo que determinó medidas extraordinarias fue que, a principios de 2022, se vislumbró en la cuenca de Tomé una importante baja de todas las napas, afectando los puntos de captación de la Empresa de Servicios Sanitarios del Bio-Bío S.A., Essbio, lo que generó que disminuyeran nuestros niveles de captación en aproximadamente un 50%. Por eso, este año nos fijamos una meta muy desafiante: disminuir los consumos de la planta en un 30% y hemos estado trabajando en una serie de iniciativas para lograr este cometido.
¿Cuáles fueron esas iniciativas implementadas?
Disminuimos los caudales y presiones de suministro de nuestras bombas hacia la planta de procesos, acompañado de múltiples inversiones, como customización de ciertos equipos y reducción de otras bombas que ya se estaban utilizando.
Adicionalmente, hicimos un barrido de cada terminal de salida de agua y mayor foco en el mantenimiento, para evitar y controlar eventuales fugas, y la implementación de válvulas de pulso- que hoy se cortan automáticamente-, lo que generó un ahorro significativo.
En la planta de tratamiento de residuos industriales líquidos (Riles), el filtro rotatorio- que se utiliza para separar lo sólido de líquido- cuenta con un sistema auto limpiante. Dicho proceso utilizaba agua dulce y actualmente lo reemplazamos por aguas residuales tratadas.
También hicimos una campaña comunicacional muy importante a nivel interno, relacionada con buenas prácticas operacionales que contribuyeran a disminuir el consumo de agua, como la implementación de un WhatsApp denominado “cuidemos el agua”, donde fuimos visibilizando por sección el consumo diario. Los trabajadores fueron un apoyo y parte de este proceso.
Estas medidas hicieron que estemos muy cerca de cumplir meta, y con orgullo podemos decir que los consumos se han reducido un 25% en lo que va del año, equivalente a 350 mil litros por día, avanzando muy rápido y logrando el tramo más importante para nuestro objetivo anual.
¿Cuáles son las metas en el mediano y largo plazo?
Nuestra meta es llegar a 30% de acá a dos meses y, de hecho, estamos trabajando para superarlo y alcanzar un 40%.
Lo que nos está quedando requiere inversión, por lo que va a tardar un par de años más, principalmente en dos puntos altos de consumo. En primer lugar, los condensadores evaporativos que se encuentran en la sala de máquina, para la generación de frío de los túneles. En segundo lugar, la bomba de vacío de extracción de recortes, para reutilizar el agua que se utiliza para enfriamiento.
Adicionalmente, estamos evaluando- no menor a 18 meses- cambiar la matriz de uso de agua de nuestra planta, que hoy es 100% agua dulce potabilizada, y apuntamos a que sea 40% agua salada, directamente desde el mar- ubicado a 3 kilómetros de la planta- y 60% agua dulce. Esto es algo que recién estamos estudiando y analizando, no hay factibilidad técnica ni nada tan concreto todavía.
Por otro lado, en un futuro, si logramos tener una tubería que logre impulsar el agua salada, podríamos instalar una planta desalinizadora, lo que reduciría a cero el uso de agua dulce, siendo una solución extremadamente sustentable, por el uso de un recurso infinito. Esto tampoco es una iniciativa que está concreta, pero sí en el radar para un futuro no tan lejano.
