Científicos de la Universidad Santo Tomás en conjunto con el Centro de Rehabilitación de Aves Leñadura y la Agrupación Ecológica Patagónica de Punta Arenas publicaron carta en la prestigiosa revista Science.
Con el objetivo de evitar que el desarrollo de megaproyectos de energía limpia se convierta en “otro ejemplo de desarrollo extractivista que exportaría un producto (hidrógeno verde) a Europa y Asia y generaría cambios potencialmente irreversibles en el medio ambiente y la cultura locales”, científicos chilenos publicaron una carta en la reconocida revista Science para advertir sobre los potenciales efectos que podrían tener en la Región de Magallanes los desarrollos de Hidrógeno Verde que se proyectan en esa zona.
En la misiva, los científicos plantean que el 2 de diciembre pasado se “anunció el proyecto de hidrógeno verde más grande del país, que se desarrollará en la Región de Magallanes, en el extremo sur de Chile. El proyecto está destinado a ayudar a alcanzar el objetivo declarado de Chile de generar 25 GW de hidrógeno verde para 2030. Sin embargo, el entusiasmo por los proyectos de energía limpia oscurece sus impactos ambientales y culturales”.
De acuerdo con las estimaciones preliminares que contempla la iniciativa, “se sugiere que el megaproyecto podría llegar a unos 2.900 aerogeneradores instalados para 2027, ocupando un área de al menos 150.000 hectáreas. Este podría representar un aumento del 320% en la capacidad de generación eólica de Chile y representaría el 1,35% de la energía eólica instalada en el mundo”.
Esa intervención podría tener un efecto directo en la flora y fauna de algunas zonas de Magallanes por la instalación masiva de aerogeneradores. “Estudios recientes en Chile central muestran una tasa de colisiones de aves de 0,6 a 1,8 por aerogenerador por año. Escalando esto a la magnitud del proyecto planificado de Magallanes podría generar entre 1.740 y 5.220 colisiones de aves por año. Sin embargo, esta estimación no considera que la Región de Magallanes es un área de migración de alrededor de 43 especies de aves, incluidas Passeriformes, Charadriiformes y Strigiformes, lo que probablemente aumentaría estos números”.
Los científicos hacen un llamado a las instituciones relacionadas con la evaluación de estas iniciativas para “considerar el alto valor natural de este paisaje, con áreas protegidas como el Parque Nacional Torres del Paine, el Parque Nacional Pali Aike y el sitio Ramsar y Santuario de la Naturaleza Bahía Lomas” en los estudios de impacto ambiental de estos proyectos.
La carta está firmada por Heraldo Norambuena, investigador del Centro Bahía Lomas de la Universidad Santo Tomás (UST); Fabio Labra, Centro de Investigación e Innovación para el Cambio Climático (CIICC) de la UST; Ricardo Matus, investigador del Centro Bahía Lomas y del Centro de Rehabilitación de Aves Leñadura; Humberto Gómez, investigador de la Agrupación Ecológica Patagónica, Diego Luna-Quevedo, representante de la Oficina Ejecutiva de la Red Hemisférica de Reservas para Aves Playeras Manomet; y Carmen Espoz, directora del Centro Bahía Lomas y decana de la Facultad de Ciencias de la UST.