Según el Banco Mundial, al año 2050 se necesitarán más de 3.000 millones de toneladas de metales y minerales para transitar hacia el uso masivo de la energía eólica, solar y geotérmica, así como para el almacenamiento de energía (baterías), y poder contener el incremento de la temperatura de la Tierra por debajo de los 2ºC, y cumplir así con los objetivos del acuerdo climático de París.
Si bien lo anterior es una gran oportunidad para países como Chile, también plantean importantes desafíos para avanzar hacia una minería sostenible que incremente, al mismo tiempo, sus beneficios económicos, sociales y ambientales. En un contexto de creciente tensión social en los territorios donde se desarrollan estas actividades.
Este es el punto de partida del estudio elaborado por el Centro Tecnológico de Economía Circular (CircularTec) y CESCO titulado: “El arribo de la economía circular a la minería primaria de Chile, Perú y Colombia”, que busca ser una contribución al tránsito hacia una minería sustentable en la región.
“Estamos viviendo un momento clave en cuanto a la adaptación y mitigación al cambio climático, donde el aporte de la minería será fundamental. Pero este importante rol requiere a su vez que la industria avance hacia la circularidad de sus procesos y apoyar a sus proveedores en esta transformación que es sistémica”, asegura Andree Henríquez, Director Ejecutivo del Centro Tecnológico de Economía Circular
El estudio de CircularTec identifica un total de 10 desafíos principales para implementar la economía circular en la industria minera que permitan generar valor sostenible. Entre los principales, está la existencia en la industria de una mentalidad conservadora -a nivel público y privado- para liderar procesos de transformación organizacional. “La industria minera ha estado operando de la misma manera, en términos de procesos, desde hace 40, 60 o más años. Cuando tratas de llevar este tipo de iniciativas en torno a la circularidad a todos los niveles cuesta, porque todo el mundo está asociado al cumplimiento de metas que son productivas, y están asociadas a las toneladas de cobre que sacan a final de mes, o a las toneladas producidas por año”, dice uno de los actores de la industria entrevistados en Chile.
Otra brecha importante es la falta de incentivos legales para impulsar la economía circular en la industria. “Hay que modificar las leyes e instructivos que no permiten que podamos utilizar los residuos masivos para hacer cruces entre industrias, o simbiosis industrial. Si nosotros queremos ocupar los desechos de relaves, necesitamos leyes e instructivos claros que permitan mover esos insumos -porque serían insumos y no desechos- a otra industria. Y, por lo tanto, eso significa cambios legales”, comenta Henríquez.
El informe es el resultado de talleres y entrevistas realizadas con actores privados, públicos en los tres países, siendo uno de los primeros estudios de este tipo en la región. Desde una perspectiva de futuro, Henríquez finaliza aclarando que “lo que podamos hacer en la industria minera de nuestra región, será sin duda un referente para cualquier otra industria y nos permitirá tener evidencia para acelerar el paso hacia el desarrollo sustentable de nuestro países”