Esta es la primera vez que se describen especies como la Pocha o el Puye rojo en el territorio dando cuenta de su alto valor ecológico.
En el marco del Programa de Monitoreo Ambiental desarrollado por el Proyecto GEF Humedales Costeros en el río Queule, se realizó un muestreo de fauna íctica que dio cuenta de que, el 100% de las especies observadas en la muestra corresponden a peces nativos.
La información obtenida durante este muestreo ha sido categorizada como un hallazgo importante, describiéndose especies como la Pocha o el Puye rojo en el territorio, evidenciando el alto valor ecosistémico de estos espacios costeros de conservación.
Al respecto, la seremi Paula Castillo detalló que “los resultados obtenidos en el muestreo dan cuenta de una rica biodiversidad presente en los ríos Boroa, Boldo y Queule, por lo tanto, estamos convencidos que el trabajo que hemos venido desarrollando al alero del Proyecto GEF de Humedales Costeros durante estos años junto a la comunidad local, han permitido ir instalando herramientas que apuntan a mejorar estos espacios de conservación, impulsando un desarrollo económico sostenible y respetando el medio ambiente”.
Por otro lado, se han desarrollado monitoreos mensuales de parámetros físico-químicos, tales como temperatura, pH, oxígeno disuelto, entre otros datos de interés, por medio de un equipo multiparámetros para ir registrando la calidad de las aguas en distintas temporadas.
En ese contexto, Katherine Solís, coordinadora local del Proyecto GEF de Humedales Costeros señaló que “la importancia de este tipo de estudios, además de revalorizar nuestro patrimonio natural es que, a través de estos datos sumado a otros diagnósticos podemos elaborar mejores planes de gestión y conservación de los humedales del río Queule”.
La investigación en terreno fue realizada por la Dra. Nicole Colin, especialista en fauna íctica, quien explica que el sistema de humedales existente en la cuenca del río Queule es único y reciente, formado tras el terremoto de 1960. “Esto ha propiciado la existencia de gran densidad de vegetación en la ribera, con alta cantidad de sedimento orgánico, generando un ambiente favorable para el establecimiento del Puye rojo, especie catalogada como Rara de acuerdo al Ministerio de Medio Ambiente y, según este primer sondeo, presenta grandes poblaciones en el humedal”, señala Nicole Colin. También fueron encontradas en el estuario las especies de pejerrey (Odontesthes brevianalis), catalogada como Vulnerable; el Puye chico (Galaxias maculatus) y la Pocha (Cherirodon sp.), especies características de aguas lénticas. “El hallazgo de estas especies en la cuenca indica un alto valor biológico, sobre todo al no encontrarse especies introducidas. Por este motivo, el humedal de Queule podría ser considerado un laboratorio biológico para estudiar interacciones naturales en sistemas de humedales”, agrega la doctora. Finalmente, hay que destacar que el proyecto GEF durante su implementación ha permitido levantar diversos antecedentes del territorio en ámbitos ambientales, socioculturales y económicos con el objeto de diseñar un plan de gestión de los humedales de Queule, instrumento que permitirá fortalecer el desarrollo local en armonía con la conservación de los ecosistemas de humedales y su biodiversidad
