Luis Izquierdo, Gerente General de Andes Motor
En 2007, más de 2 millones de personas en Sídney celebraron por primera vez La Hora del Planeta. Para entonces, nunca imaginaron que iban a comenzar un movimiento de alcance global. Este hito consiste en el apagado de luces y de aparatos eléctricos no indispensables durante una hora y 15 años después, más de 190 países se han sumado a esta iniciativa, principalmente como un llamado a la acción de las personas contra el cambio climático.
Chile también está alineado a La Hora del Planeta y poco a poco se ha incorporado esta práctica solidaria y de concientización en la sociedad local. Además, nuestro país se ha comprometido a mitigar el cambio climático desde diversos frentes. Señales ha habido muchas y muestra de ello es que, en el último tiempo, hemos tenido un rol activo en COP26 y además se firmó el Acuerdo Público Privado por la Electromovilidad 2022 entre 38 entidades del sector automotriz, entre otros.
Sin embargo, más allá de este tipo de iniciativas y de los compromisos medioambientales, hoy es necesario avanzar en forma concreta en las condiciones que nos permitirán ser más sostenibles. Uno de esos pasos tiene relación con la electromovilidad, la que no podrá consolidarse si no avanzamos hacia un ecosistema propicio para ello. Con esto me refiero a un conjunto de procesos, acciones, esfuerzos e integración de actores, para justamente crear lo necesario para el desarrollo correcto de la movilidad eléctrica.
La hoja de ruta de la Estrategia Nacional de Electromovilidad implicará un nuevo paradigma en el transporte, especialmente en la utilización de vehículos cero emisiones. No obstante, para llegar a dicho objetivo será necesario desplegar diversas acciones. Está el ámbito técnico y logístico, con la implementación tanto de electrolineras y de una red de apoyo nacional que contribuya a la performance de los vehículos eléctricos, como cambios en la infraestructura domiciliaria que permitan la carga en los estacionamientos particulares. También está el ámbito educativo, es decir, la conformación de espacios para el conocimiento de los usuarios de la electromovilidad y aquellos que trabajen en este ámbito. Por tal motivo, hoy es esencial detectar oportunidades de relacionamiento y alianzas entre el sector privado, público y, especialmente, con la academia. Este camino será la única forma de asegurar la comprensión y entendimiento sobre esta tendencia que estamos experimentando.
La Hora del Planeta nos invita a reflexionar sobre la transformación que estamos viviendo, con personas que saben que los cambios tienen que suceder durante la existencia de las generaciones actuales. Ya no podemos esperar el próximo cambio de siglo para modificar nuestro foco. Hoy se requiere capital humano especializado y que apoye en la conformación del ecosistema de electromovilidad anteriormente señalado. Tenemos que crear las condiciones, entender los alcances y experimentar estas nuevas tecnologías que están frente a nosotros. Trabajemos en conjunto y tengamos un rol en la conformación de este entorno, llevemos la bandera de la electromovilidad para que esta hora de reflexión que se realiza anualmente, pase a ser una vida de acciones y compromisos en beneficio del medioambiente, nuestro planeta y el devenir de las próximas generaciones.
