Conversamos con Antonella Pelegrini, Gerenta de Sostenibilidad y Relacionamiento Comunitario de Enel Chile sobre los desafíos del liderazgo femenino en la empresa.
¿Cómo ves el liderazgo femenino en la empresa? ¿desafíos y obstáculos?
Las primeras brechas se detectan en la adolescencia, en edad escolar, por condiciones de vida o culturales. En muchos de los casos esto se arrastra por toda la vida profesional y personal, hasta la vejez, lo que se ve reflejado en las pensiones. Hay que tomar el problema desde la raíz, eliminando las condiciones que determinan las primeras brechas, garantizando el acceso a educación de calidad para todas, con soporte a las niñas vulnerables.
El mundo empresarial tiene su rol en este tema, dado que la brecha salarial existe y representa una diferencia de menor sueldo, en promedio, del 27% según INE, lo cual se debe también a diferencias de carreras en que se concentran más las mujeres. Eliminar la brecha de género y salarial en una empresa significa poner metas y objetivos específicos en los planes de negocio. Hoy, el mercado considera los factores de inequidad de género y la brecha salarial como un riesgo para la prosperidad del negocio y de la sociedad, por esto muchas empresas se están adaptando, sin embargo, la diferencia es importante todavía siendo las mujeres en directorios solo el 12,7%, en Chile, y las gerencias de primera línea corresponde al 21% según el tercer reporte de indicadores de género en las empresas en Chile.
Quiero mencionar un buen ejemplo, en Enel Chile se ha generado una organización espontanea de mujeres, la WIL (Women Innovation Lab) que quiere contribuir al desarrollo profesional y al liderazgo femenino mediante la innovación, un ejemplo excelente de red de trabajo y formación de más de 100 mujeres para superar los obstáculos a nuestras aspiraciones.
¿Cuáles crees que han sido las claves de tu carrera profesional?
Me apasionan los desafíos y el aprendizaje continuo. He buscado siempre conocer y me entretiene mucho lograr resultados que superen los umbrales convencionales, algo que vaya más allá, que tenga más valor.
Ser empática, escuchar y entender al otro, sus necesidades y entregar respuestas, no necesariamente soluciones, porque no siempre hay, pero si respuestas transparentes. Creo que la creatividad es un elemento importante que me ha acompañado en estos años, así como la necesidad que tengo de trabajar en equipo, sea con los colegas como con las instituciones externas a la compañía. Reconocer los errores y capitalizarlos, compartir estas experiencias para mejorarnos.
¿Qué consejos le darías a una mujer con talento que aspira a ocupar puestos de dirección?
Cada una de nosotras tenemos talentos, cada persona lo tiene, solo hay que descubrirlo y dejar fluir las pasiones y ambiciones. Como consejo, diría que cualquier sea la ambición, hay que diseñar el camino para lograrlo y cultivar la confianza en nosotras mismas para alcanzar aquellos objetivos. Habrá errores y estos hay que enfrentarlos con honestidad y como una oportunidad de mejora. Lo más importante es no replicar los paradigmas de las decisiones desde la perspectiva masculina propiamente tal. La actitud que tenemos que llevar nosotras es de cambio y no de competencia.
Desde tu posición de líder de sostenibilidad, ¿Cuáles crees que son los desafíos que enfrentamos?
Hay muchas variables en juego y cada una representa un desafío. Normalmente se resumen en tres ámbitos: ambiental, social y económico o de gobernanza, pero también están los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (ODS).
Se entiende especialmente, desde los ODS, que los desafíos son muchos, pero el principal es la recomposición del equilibrio entre economía, gobernanza, sociedad y ambiente. La forma en que podemos recuperarlo más rápido es entendiendo que las soluciones son colectivas y sistémicas. Por el lado de la industria, hoy más que nunca es necesario generar impactos positivos, mitigar ya no es suficiente, compensar aún menos. Hoy es necesario y urgente revertir los modelos de negocio para que los impactos que generan sean positivos para el medioambiente, para las personas y para la economía, por supuesto, y en una visión de largo plazo. Por esto, en el sector en que trabajo, llevamos años dedicándonos a la transición energética.
Para generar impactos positivos en el sector de la energía es necesario aumentar y mejorar la producción renovable y electrificar los consumos energéticos que hoy utilizan combustibles fósiles como los autos, la calefacción y los procesos industriales. Junto con esto es indispensable integrar la economía circular en los modelos de negocio para eliminar el concepto de residuos desde el diseño. Y si estas nuevas líneas, como ya lo hacen, además que descontaminar nuestras ciudades generan puestos de trabajos dignos para más personas estamos generando impactos positivos sea en lo económico, en lo social y en lo ambiental. Respecto de la gobernanza diría que también así se crea independencia energética. En síntesis, estamos generando valor para todos. Este es el gran desafío y propósito: lograr el progreso sostenible para todos.