Ariel Jeria, Gerente general de Rompecabeza
Un clásico de las tardes de verano en familia o con amigos son las ferias al aire libre, espacios donde los emprendedores tienen la oportunidad de dar a conocer sus productos, que muchas veces venden solo en forma digital. Para aquellos negocios que nacieron durante la pandemia con un foco en venta online, este tipo de eventos son una gran oportunidad para desarrollar una experiencia en vivo con clientes.
La forma de relacionarnos y comunicarnos con la tecnología cambió mucho en los últimos dos años. La pandemia generó una aceleración en los procesos de digitalización, lo que derivó en nuevas formas de comportamiento de los consumidores. Según datos de la Cámara Nacional de Comercio de Santiago, en Chile, entre marzo 2020 y agosto 2021 el número de compradores que usan canales digitales se duplicó, y las ventas superaron el 200%.
Un fenómeno que continúa avanzando con una sociedad mucho más digitalizada a nivel mundial y que demanda cambios. Un reciente estudio de Retail Brew en Estados Unidos, reveló que el 30% de los usuarios norteamericanos afirmaron querer más tecnología en su experiencia de compra. Probadores de prendas por realidad aumentada, tiendas digitales que permiten superponer artículos a fotografías, pago biométrico, lectura de códigos QR para simplificar las transacciones, diálogo en línea con asistentes virtuales automatizados, entre otros, son algunas de las implementaciones que se han tomado los últimos años y que tuvieron un alza meteórica motivada por la pandemia.
Estas herramientas digitales también han llegado a las ferias al aire libre, ganando espacios en la difusión a través redes sociales, el uso de páginas web para la venta de entradas y QR dinámicos a modo de catálogos o formas de pago.
La inclusión de puntos de contacto digital en la experiencia de compra física, habla de una necesidad de adaptar las experiencias de compra a las nuevas tendencias phygital, donde la línea entre lo físico y lo digital es cada vez más difusa, pues revela un nuevo tipo de “shopping experience” donde lo offline y online no son entendidos como elementos completamente separados, sino que pasan a ser mundos interconectados. La compra presencial deja atrás el mero intercambio para convertirse en una verdadera experiencia, donde lo digital potencia los productos y/o servicios, invitando al consumidor a aprovechar la tecnología para facilitar todo lo relacionado con el vitrineo y selección de artículos.
Es momento de ver la experiencia omnicanal implementada en un 100% en nuestro país, con una población tres veces más digitalizada que demanda cambios tecnológicos que mejoren la experiencia de compra.