La Asociación de Consumidores Bicicultura ADC realizó una campaña informativa dirigida a ciclistas, con la entrega de una “Guía para compra informada de luces y reflectantes ciclistas” a más de 300 tiendas y talleres de bicicletas de todo Chile. La campaña contempló también la realización de una encuesta para captar hábitos, problemas, tendencias, disposición al cambio y conocimiento de la nueva normativa que desde julio 2021 reglamenta el uso de luces y reflectantes ciclistas.
Una encuesta realizada por la Asociación de Consumidores Bicicultura ADC a más de mil ciclistas, permite concluir que el tema luces y reflectancia no es de fácil solución. Si bien el nuevo reglamento, que acompaña los cambios a la Ley de Tránsito que trajo la “Ley de Convivencia Vial”, resuelve el problema del incómodo y repudiado chaleco reflectante (un 71% no lo usa), no ocurre lo mismo con las luces.
En efecto, la obligación de usar el chaleco reflectante en horas de la noche o de mal clima, ha sido felizmente reemplazada por cualquier prenda de ropa o accesorio que sea reflectante o tenga reflectancia, lo que hace fácilmente adoptable esta exigencia. Tobilleras, mochilas, cubre bolsos, franjas reflectivas en la ropa y una inmensa y creativa variedad de accesorios pueden reemplazar el chaleco. Al igual que para el cuerpo, ruedas, pedales y volante de la bici y del “ciclo”, el mercado ofrece hoy múltiples alternativas de reflectancia, para todos los presupuestos y existen además las alternativas caseras: pegar huinchas en su frente y costados, pintar las ruedas con spray reflectante, colocar placas reflectantes en los rayos, etc.
Pero el problema que persiste, es el de las luces. Y al parecer no sería por falta de conciencia, ni por irresponsabilidad de las y los usuarios de ciclos, ya que un 96% declara sentirse más seguro usando algún elemento de este tipo en la noche.
“En Chile la mayoría de los accidentes viales ocurren entre las 6 y las 10 de la noche, por lo tanto, es imperioso que los ciclistas se hagan visibles a mayor distancia para evitar ser víctimas de un siniestro de tránsito. Y en esto, usar implementos que emitan luz, es clave. Si pedaleamos iluminados, un automovilista nos puede ver a 150 metros en la oscuridad de la noche, distancia a la que puede reaccionar y maniobrar, si circula a velocidad reglamentaria”, señaló Víctor Hugo Romo, Presidente de ADC Bicicultura.
Los ciclistas que respondieron voluntariamente esta encuesta publicada en redes sociales y sitio web del centro ciudadano Bicicultura, en su mayoría son hombres (65%), viven y circulan en comunas del sector Oriente de Santiago, por lo que no son representativos de las y los ciclistas de todo Chile. Sin embargo, su testimonio permite comprender la complejidad del desafío de seguridad a que se enfrenta la comunidad ciclista.
El 85% declara usar siempre o casi siempre luces en todos sus viajes nocturnos, pero reconoce que esta decisión se ve frustrada con frecuencia por un hecho objetivo: las luces no están incorporadas al vehículo bicicleta, son removibles y su funcionamiento depende de una carga finita. El 48% reconoce haber pedaleado sin luces alguna vez, y entre ellos (eligiendo una o más razones) el 12% porque olvidó sacarlas de su bicicleta y se las robaron mientras estaba estacionada, el 18% por haberlas perdido-desprendido en ruta, el 80% por haber agotado la carga en ruta u olvidar cargarlas, el 40% por haber salido sin luces pensando erróneamente que volvería temprano, por haberlas dejado en su otro bolso o chaqueta o por no poder reemplazar aún las luces perdidas a la espera de recursos.
Esto lleva al segundo gran obstáculo: un precio desproporcionadamente alto, respecto del valor de una bicicleta, en cualquiera de sus gamas. Las luces buenas, potentes, con carga USB, sustentables e inteligentes son caras, el par cuesta desde $50.000, cuando el precio de una bicicleta gama media es de $300.000. Es como si las luces para un automóvil de $6.000.000 costaran $1.000.000. Por ello, este tipo de luces son muy valoradas y cuidadas por ciclistas y por su calidad, pueden durar años acompañando al propietario.
Campaña de concientización sobre el nuevo reglamento
La iniciativa ciudadana de la Asociación de Consumidores Bicicultura ADC, llamada “Guía para compra informada de luces y reflectantes ciclistas”, tuvo una serie de hitos, como la encuesta y la creación y entrega a más de 300 tiendas y talleres de ciclistas entre Arica y Punta Arenas de la guía impresa. La Guía está disponible en el sitio de www.bicicultura.cl, para descarga o para solicitar un ejemplar impreso.
Con el objetivo de concientizar y entregar información de valor sobre el nuevo reglamento a usuarios de todo el país, realizaron un webinar con la participación de dos destacadas ciclistas mujeres de Ciclo Arica y de Bicivilizadas de Antofagasta, Natalia Quevedo y Clared Huamán, algunos distribuidores en representación del mercado de accesorios ciclistas, como las luces Knog y Hazte Visible, los repartidores delivery de Bicci, junto a la secretaria ejecutiva de la Conaset, Johanna Volrath, y a la Generala de Carabineros Marcela González, jefa de Zona de Tránsito, Carreteras y Seguridad Vial.
Aprender a ser luz
A fines de noviembre se realizó un evento lumínico a cargo del artista visual Antonio Kadima, quien presentó su performance “Aprender a ser luz”, representación de un personaje luminoso que en su deambular por las calles del Barrio Yungay de Santiago azarosamente se encuentra con un grupo de ciclistas urbanos de distintas edades, representantes de la inmensa masa de ciclistas, hombres y mujeres, que día a día surcan nuestras ciudades rumbo al trabajo o al estudio y que de manera anónima aportan a combatir el Cambio Climático con su pedaleo diario cero emisión de GEI.
A manera de cierre de esta campaña de difusión de la “Guía para compra informada de Luces y Reflectantes Ciclistas”, este 14 de diciembre, se colgará en todas las redes sociales el video “Esa luz soy yo”. “Sin luces somos presa fácil de la distracción y velocidad de los motorizados. ¡Hagámonos visibles desde lejos! Si iluminamos nuestros cuerpos y nuestras bicicletas con luces y reflectantes, estaremos cuidando nuestras vidas y al mismo tiempo dando tranquilidad a quienes nos quieren y nos esperan en casa”, añadió Víctor Hugo Romo, coordinador y productor de la iniciativa.
La campaña fue financiada por el Fondo Concursable del Sernac 2021, apoyada por Centro Bicicultura, Bicimapa, y contó con la colaboración de CONASET, Bicci, Knog, Házte Visible, San Diego Bikes y Taller Sol.