En el estudio “Modelando el rol de la biogeoquímica de los ríos de los sistemas de fiordos de la Patagonia chilena”, se analizará el impacto de los nutrientes, la atmósfera y la física oceánica en formación de Marea Roja.
Desde este noviembre están siendo instalados un potente computador, que efectúa modelaciones oceanográficas, y sensores de muestreo biogeoquímico para medir ríos que desembocan en los fiordos de Reloncaví y Aysén. Este equipamiento es clave para comenzar el trabajo en terreno y de complejas modelaciones del proyecto que busca conocer la magnitud de las variaciones en el océano como en la atmósfera y sus potenciales efectos en la formación de marea roja.
Se trata del estudio “Modelando el rol de la biogeoquímica de los ríos de los sistemas de fiordos de la Patagonia chilena”, que ayudará a saber cómo estos cambios pueden impactar en la vida marina silvestre como en la producción acuícola, por lo tanto, también en las comunidades humanas que viven en esa zona. La iniciativa comenzó en abril y continuará hasta fines de 2024, gracias al financiamiento del Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico y a la colaboración de la Universidad de Aysén y del Instituto de Fomento Pesquero.
El computador de alto rendimiento para las modelaciones está siendo instalado en el Departamento de Geofísica de la Universidad de Concepción, las que son el tronco principal de este proyecto. Ello debido a que el número de estudios de este tipo que utilizan simulaciones numéricas es relativamente bajo y es aún menor para los modelos con componentes biogeoquímicos. La relevancia de una investigación que utiliza modelaciones es que “nos permite hacer estimaciones de los procesos biogeoquímicos en zonas donde no hay mediciones, así como estudiar escenarios”, destacó el doctor en oceanografía Andrés Sepúlveda, director de la iniciativa.
En tanto, los sensores de nutrientes, junto a un perfilador oceanográfico -que toma muestras de la columna vertical de agua- y un CTD (acrónimo en inglés de conductividad, temperatura y profundidad), ya llegaron a la Universidad de Aysén, para ahora ser instalados en los ríos de la Patagonia. De esta manera, ya en diciembre comenzarán a tomar muestras mensuales.
La investigación implementará un modelo atmosférico regional de alta resolución (WRF), un modelo oceánico regional (CROCO) y modelos biogeoquímicos complejo (PISCES) y simple (NChlPZD).
Como ya ha señalado el Dr. Sepúlveda, “una de las ideas principales que queremos resolver es saber si el factor dominante en los procesos biogeoquímicos en la zona es el aporte de los ríos o es la surgencia de las aguas océanicas, que entran principalmente a través de la Boca del Guafo. ¿Qué domina?: ¿un aumento en la descarga del río o un evento de surgencia que trae aguas y nutrientes desde la cuenca del Océano Pacífico? Eso es parte de lo que buscamos entender”.
Además, agregó que “si logramos entender mejor los procesos biogeoquímicos, su magnitud, su variabilidad; podremos empezar a relacionarlos con las floraciones algales nocivas. Éstas también se producen en otras zonas del país, como la Región de Magallanes, así que sabríamos lo que hay que medir allá para ir monitoreando estos fenómenos”, explicó.