Conversamos con Diego Varela, socio fundador de Biósfera Austral, empresa que se dedica a proteger la Patagonia mediante la figura legal del Derecho Real de Conservación, herramienta que busca promover la participación del sector privado en la defensa de la naturaleza y conservación del patrimonio ambiental de Chile. Actualmente cuentan con cuatro proyectos en la región de Aysén.
Biósfera Austral es un proyecto enfocado en la conservación de la Patagonia a través de un modelo de inversión sostenible.
Hasta la actualidad, han destinado más de mil hectáreas de terrenos en la Región de Aysén mediante un contrato de Derecho Real de Conservación (DRC). Este instrumento legal consiste en la compra de terrenos del sector a través de un compromiso del dueño de conservar el medio ambiente de la zona, sin perder el derecho a la propiedad, con la finalidad de mantener la biodiversidad de los bosques y la fauna de la Patagonia.
¿Cómo nació Biósfera Austral? ¿En qué se inspiraron?
Biósfera Austral nace de la mano de cuatro socios amantes de la naturaleza, inspirados en las obras de conservación de Tompkins Conservation, en los proyectos propuestos por la Fundación Geute, y en la asesoría de Macarena Soler, quien hace más de 30 años se dedica a la creación de estrategias para la conservación, restauración y defensa de la naturaleza, como el Derecho Real de Conservación y la justicia ambiental. Esta herramienta legal nos incentivó y motivó aún más, para aventurarnos en la preservación y conservación de la naturaleza en la Patagonia, pensando en las futuras generaciones.
¿Qué significa que Biósfera Austral sea de conservación habitable?
Significa un cohabitar responsable que no consume el patrimonio natural, sino que lo conserva y le agrega valor. Es decir, es una conservación activa y a perpetuidad, donde el propietario juega el rol de guardaparque en su propia tierra.
¿De qué forma pueden aportar los privados en la conservación del patrimonio ambiental?
Los actores privados tenemos un rol clave en la preservación de los pulmones verdes de nuestro país y el mundo. Hay diversas formas en las que los privados pueden aportar en la conservación del patrimonio ambiental, y una de ellas es a través del Derecho Real de Conservación, herramienta legal que busca promover la participación del sector privado en la defensa de la naturaleza.
En este contexto, la protección a perpetuidad, es la principal motivación para establecer un Derecho Real de Conservación, y en nuestro caso, la Fundación Geute, la cual tiene una amplia trayectoria en el área, actúa como garante de conservación.
¿Es compatible proyectos de conservación con personas habitando o desarrollo inmobiliario a baja escala?
Es posible en la medida que se mantenga la vocación rural, el destino del suelo, y sobre todo, que se implementen altos estándares de conservación, evitando así la creación de núcleos inmobiliarios al margen de la planificación urbana. En Biósfera Austral, por ejemplo, tenemos los estándares más altos de la industria, a los cuales se comprometen quiénes son parte de nuestros proyectos, ya que es la forma de resguardar realmente la conservación a perpetuidad. Aquí, puedes encontrar puntos que van desde la prohibición de construir cercos y tener animales domésticos, hasta aspectos más técnicos relacionados al uso de agua, energía y arquitectura.
¿Por qué decidieron realizar este proyecto en la Patagonia?
Porque consideramos que la Patagonia chilena es uno de los ecosistemas más prístinos del mundo, donde se encuentran humedales, glaciares, fiordos, ríos, lagos, y bosques capaces de almacenar tres veces más carbono por hectárea que la Amazonía.
Preservar estos territorios es de suma importancia para apaciguar los efectos del cambio climático, ya que no solo trabajamos por la conservación, sino también por la restauración.
¿Piensan expandir este proyecto a otras partes del país?
La Patagonia solo es el comienzo.