Julio Magri, consultor senior de Aurys Consulting
Al revisar cualquier campaña de la industria de la moda en nuestro país, vemos que ya existe una reflexión sobre su impacto en el ambiente y cómo mitigarlo. Un paso más en esa dirección se dará cuando entre en vigencia la recientemente anunciada incorporación de la industria textil a la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP). Esto obligará a las compañías a gestionar la recolección y reciclaje de productos revalorizándolos una vez terminada su vida útil.
Noticias como esta potencian la implementación del modelo de Economía Circular, aquel que desafía la lógica del modelo lineal de extracción – producción – consumo – eliminación y nos impulsa a crear nuevos modelos de negocios, derribando paradigmas, buscando soluciones fuera de la caja y generando alternativas que van más allá del reciclaje.
Por supuesto, la aplicación de los principios de la economía circular no sólo busca disminuir nuestro impacto en el ambiente, sino que representa una oportunidad para que todo tipo de organización, independiente de su industria, tamaño y foco pueda capturar beneficios económicos. Esto se logra aplicando, de forma jerarquizada y complementaria, las distintas dimensiones de la Economía Circular, lo que habilita la reducción del consumo de materias primas, mejora la eficiencia de sus procesos y minimiza la generación de desperdicios en toda la cadena de valor.
En la práctica, esto se traduce en privilegiar las soluciones de mayor circularidad, aquellas que en mayor medida logran mantener los productos y materiales en su máximo valor original. A continuación, se detallan los principales pasos para llegar a implementar el modelo de Economía Circular.
Primero, se deben explorar soluciones enfocadas en repensar el diseño o la forma de uso de los productos o servicios, transformando los procesos de manera de lograr rechazar o reducir el consumo de recursos o la generación de residuos. Luego y de manera complementaria, para los recursos, productos y equipos que no pudieron ser rechazados, es necesario analizar alternativas que permitan extender su vida útil o darles nuevos usos, por ejemplo, a través de las dimensiones de reutilizar, reparar y remanufacturar. Finalmente, la acción más intuitiva y probablemente más sencilla de implementar es reciclar, sin embargo, es la dimensión menos circular y de menor impacto en la transformación de los procesos. La recomendación es estudiar soluciones de reciclaje de residuos como parte de una estrategia circular más amplia y como complemento a las dimensiones de mayor circularidad.
Un ejemplo de privilegiar dimensiones de mayor circularidad es lo realizado por algunas empresas de la industria de la construcción, que identificaron en el diseño y la prefabricación una oportunidad de negocio. Ellas utilizan la tecnología BIM para visualizar los elementos y optimizar su diseño, lo que les ha permitido optimizar el uso de materiales y reducir la generación de residuos en sus obras.
La implementación de un modelo de Economía Circular permite a las organizaciones ser partícipes de la solución a algunos de los más críticos desafíos actuales de la sociedad, y al mismo tiempo lograr capturar beneficios en productividad, eficiencia y vinculación con el entorno.