La CNA entregó 3 años de acreditación a este postgrado de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) que comenzó a impartirse en el segundo semestre de 2020. Se trata de la máxima certificación para aquellos programas que no tienen egresados aún.
El Doctorado de Ingeniería Eléctrica PUCV, obtuvo la acreditación máxima posible que entrega la CNA a programas que aún no tiene una cohorte de egreso, lo que, según su director, Mauricio Rodríguez, “representa un gran logro para los profesores que integran el claustro académico, las autoridades universitarias y los estudiantes que participan del programa, principalmente, porque todos han aportado y desarrollado un trabajo colaborativo, que nos ha permitido responder de buena manera a los objetivos que nos hemos propuesto y que se relacionan en gran parte con la búsqueda de la excelencia, en los ámbitos académicos y administrativos”.
Entre los objetivos declarados por este programa de doctorado PUCV, cuya duración es de 8 semestres, destaca su propuesta orientada a la formación de profesionales e investigadores de alto nivel, creativos y autónomos quienes, a partir de una sólida formación científica-tecnológica, sean capaces de realizar investigación en la frontera del conocimiento. Sus principales líneas de estudio apuntan a dos áreas: sensores y telecomunicaciones, y inteligencia artificial y automatización.
En la primera, se busca generar conocimiento desde la adquisición de señales eléctricas, hasta su posterior procesamiento y transmisión mediante equipamiento altamente especializado, abordando áreas como la optoelectrónica, antenas, propagación electromagnética, comunicaciones inalámbricas y telecomunicaciones. La segunda, considera aspectos asociados a la realización de sistemas inteligentes y autónomos mediante el diseño e implementación de sofisticados algoritmos, abordando áreas como el aprendizaje automático, reconocimiento de patrones, visión artificial, control automático, y el diseño y control de máquinas eléctricas.
De esta manera, la innovadora propuesta de este doctorado, que responde a los principales desafíos del área de la ingeniería eléctrica a escala global, se presentó a su primer proceso de acreditación, recibiendo el máximo de años que la CNA puede otorgar a programas con estas características, lo que “permitirá que nuestros estudiantes puedan optar a becas concursables, tales como las becas nacionales de CONICYT”, comentó el director Mauricio Rodríguez.
“Además, es importante comentar que el Doctorado de Ingeniería Eléctrica PUCV, ha captado desde su creación, el interés de un número importante de profesionales nacionales y extranjeros, interesados en seguir fortaleciendo sus competencias y generar conocimiento en las líneas de investigación que estamos desarrollando. En esta línea, es interesante destacar que el 57% de nuestros estudiantes son mujeres y, además, que nuestro plan de estudios considera una estadía de investigación en el extranjero, cuyo financiamiento está garantizado por la Universidad”, agregó.
TESTIMONIO
Sobre su experiencia en el Doctorado, la estudiante colombiana, egresada del magíster en Ingeniería Eléctrica y profesora agregada de la Escuela de Ingeniería Eléctrica PUCV, Heilym Ramírez, comentó que “este programa representa la oportunidad de especializarme en líneas que me interesan, como son la inteligencia artificial y análisis / procesamiento de imágenes. Además, el conocer a los docentes y el apoyo económico que me entrega la universidad a través de las becas de manutención y exención de arancel, hacen que continuar mis estudios sea un honor y una gran motivación profesional”.
“La experiencia en general ha sido muy buena, principalmente, por el apoyo que otorga la universidad y por la enseñanza excepcional de los docentes. Es agradable tener profesores capacitados y líderes en investigación que nos apoyan y motivan constantemente. En mi caso investigo la detección de caídas y reconocimiento de actividades por medio de modelos de aprendizaje automático y, para ello, ocupamos grabaciones de video, detectamos la pose de las personas que aparecen en ellos por medio de esqueletos, luego con la información entrenamos modelos de machine learning y deep learning y, de esta manera, podemos detectar caídas y lograr reconocer actividades de manera automática”.
Consultada sobre si recomendaría cursar este programa, respondió: “Por supuesto, sin pensarlo dos veces, porque es un excelente programa en todos los aspectos, recibió la acreditación máxima para programas nuevos y lo imparte una de las mejores universidades de Chile”.