Daniella Perinetti, socia de la consultora laboral Dinámicas Humanas
A una semana de la elección presidencial de Chile para el período 2022-2026, nos encontramos ante un escenario de toma de decisiones relevantes y críticas para el futuro de nuestro país.
En medio de una pandemia, en un proceso constituyente post estallido social, el clima actual que vivimos es de una notable incertidumbre que se extiende más allá de la decisión del voto. Este clima de incertidumbre se traslada a las decisiones familiares y organizacionales. En este último punto me quiero detener.
¿Cómo tomamos decisiones en las organizaciones para que impacten de manera positiva a su evolución y adaptación en un escenario de alta volatibilidad?
Quisiera compartir cuatro claves que desde mi visión son centrales.
Steven Johnson en su libro “Visión de futuro” sostiene: “Parte de lo que las decisiones épicas de la literatura y la historia pueden enseñarnos radica en la sabiduría invertida de las decisiones fallidas, los errores de los que podemos aprender”. Pues bien, aquí tenemos una primera clave: el aprendizaje y la capacidad de reflexionar.
La segunda clave es valorar la diversidad de miradas. Dado que hoy las decisiones a las que se enfrentan las organizaciones son complejas, al tratar de entender un problema con muchas variables a menudo es imposible para nosotros percibir todos los elementos relevantes directamente. Necesitamos más que nunca líderes con apertura a escuchar y equipos que pongan su voz.
La tercera clave es mapear el impacto de una decisión difícil. Trazar el mapa de los participantes que estarán involucrados en la decisión y sus consecuencias.
Finalmente, la cuarta clave es considerar las emociones y estados de ánimo de las personas impactadas por una decisión. Si no medimos el pulso emocional, no podremos saber cómo se accionarán las decisiones tomadas. No olvidemos que los trabajadores son los principales agentes de cambio.