Carlos Álvarez, Gerente de Negocios de Grupo IMELSA
Cuesta entender que las cadenas de valor de algunas las empresas, sin importar el rubro, no estén ni siquiera cerca de trabajar bajo un modelo de economía circular en al menos algunos de sus procesos. La industria está atravesando grandes cambios y no sumarse a este movimiento es quedarse fuera del juego.
De hecho, según la Encuesta sobre economía circular en ciudades y regiones, de la OCDE en 2020, indica que existe una falta de conciencia sobre el tema y que esto sin duda es un obstáculo para su desarrollo. Obstáculo que con mayor indagación en el tema y también predisposición para hacer las cosas distintas, puede generar grandes cambios y llevarnos a entender que las bases para impulsar el desarrollo sostenible de las compañías; es la energía.
Energía para la operación de los procesos, energía para la electromovilidad, energía renovable para el hidrógeno y así cuantos más. Entonces, si a la generación de energía consiente y renovable que podemos promover le agregamos la filosofía de la economía circular estaremos aumentando aún más el valor de la contribución. La concientización y alianzas estrategias para fomentar el cambio a partir de la energía son una palanca importante para avanzar en la construcción de un modelo final que nos permita vivir en forma consciente y sostenible.