Para 2050, las cadenas de suministro globales deberán estar libres de carbono. La industria logística global emite más de 3.5 Gigatoneladas de CO2 al año, y sus emisiones representan cerca del 8% del total mundial.
El calentamiento global ya no es solo una amenaza, sino que se convirtió en una emergencia climática para la humanidad y no hay tiempo que perder; la descarbonización es un imperativo estratégico para la industria logística. Se debe actuar sin demora y de manera contundente con acciones audaces y disruptivas para salvar al planeta porque el tiempo se está agotando.
La industria de la logística a nivel global emite más de 3.5 Gigatoneladas de CO2 cada año. Si bien es cierto que la descarbonización de las cadenas de suministro aún presenta retos e interrogantes, es preciso implementar soluciones que de inmediato impacten positivamente al ambiente. En estas cadenas a nivel global hoy ya se pueden realizar esfuerzos para incorporar soluciones bajas o neutras en carbono. En el caso de los buques portacontenedores, actualmente pueden ser propulsados por combustibles neutros en carbono.
De acuerdo con Alliance for Logistics Innovation through Collaboration in Europe (ALICE), 8% de las emisiones globales de CO2 provienen de las operaciones de la industria logística de transporte mundial. De estas, 62% de las emisiones son generadas por el transporte terrestre, mientras que la modalidad oceánica aporta el 27% y la aérea suma 6%; el ferrocarril contribuye con un 3%. También señala que la ambición es que Europa sea el primer continente climáticamente neutro del mundo para 2050, lo que se logrará con un enfoque diseñado para reducir las emisiones de CO2 en un 50% a más tardar en 2030.
En este contexto, Maersk ha intensificado sus esfuerzos para lograr su ambición de descarbonizar sus cadenas de suministro para 2050. Recientemente, realizó un pedido de ocho buques portacontenedores oceánicos capaces de operar con metanol neutro. El primer barco se introducirá en el primer trimestre de 2024 y ofrecerá a sus clientes un transporte en alta mar verdaderamente neutro en carbono, a gran escala. La serie reemplazará a los buques más antiguos, lo que generará un ahorro anual de emisiones de CO2 de alrededor de un millón de toneladas.
“La tecnología del metanol es hoy una realidad para la propulsión marina, ya que este combustible puede fabricarse de manera neutra en carbono, ya sea como biometanol a partir de biomasa sostenible o como electrocombustible a partir de hidrógeno verde y CO2 biogénico. El mayor desafío será escalar estos combustibles para satisfacer la demanda global, lo cual requiere un esfuerzo extraordinario y la colaboración de toda la cadena de valor, pero estamos seguros que se puede lograr”, afirmó Morten Bo Christiansen, Head of Decarbonization de A.P. Moller – Maersk.
Es un hecho que la descarbonización de las cadenas de suministro globales será efectiva en 2050, por lo que la colaboración y las inversiones en proyectos innovadores son una de las formas más importantes de alcanzar una cadena de valor de combustible neutral en carbono. Sin embargo, obtener suficiente metanol neutro en carbono es un enorme desafío. Para lograrlo, Maersk cuenta con socios que están asumiendo el reto para producir suficiente combustible. Por ejemplo, China, como nación líder en la construcción naval y marítima a nivel mundial, es un socio crucial que garantizará que la industria pueda responder eficazmente al desafío del cambio climático. Así, se están desarrollando proyectos de innovación científica y tecnológica, disponibilidad e infraestructura de combustibles ecológicos y el diseño de embarcaciones neutrales en carbono.
Por otra parte, la empresa continúa participando en asociaciones y colaboraciones con actores relevantes para proveer a su flota de combustible ecológico. Este es el caso de la inversión que realizó en Prometheus Fuels, una startup con sede en Silicon Valley que desarrolla una tecnología prometedora de captura directa de aire para permitir combustibles ecológicos, rentables y neutrales en carbono. Otra inversión reciente fue con la empresa WasteFuel, para desarrollar biorrefinerías que utilizan las tecnologías más eficaces disponibles para producir combustibles sustentables a partir de desechos irrecuperables que de otro modo se degradarían y liberarían metanol y otras emisiones nocivas a la atmósfera.
ALICE ha propuesto un enfoque en el que se combinen diferentes vías de solución de cara a la reducción de emisiones mientras se minimizan las inversiones necesarias para lograrlo. En este sentido, ha clasificado en 5 tipos las soluciones que permitirán reducir las emisiones de CO2:
- Manejo adecuado del crecimiento en la demanda de carga.
- Modalidades de transporte utilizadas y combinadas de manera inteligente.
- Flotas y activos utilizados, compartidos y aprovechados al máximo.
- Flotas y activos energéticamente eficientes.
- Flotas y activos que utilicen fuentes de energía con la menor cantidad posible de emisiones.
“Hoy la atención está puesta en las embarcaciones, sin embargo, el esfuerzo no se detiene ahí, ya que hay mucho por hacer con camiones, almacenes, terminales y aviones para garantizar que la cadena de suministro de punta a punta sea sustentable. Esta es la década en la que debemos tomar medidas audaces y es nuestra responsabilidad hacerlo de inmediato”, finalizó Morten Bo Christiansen.