Álvaro Parker – Gerente General PageGroup
Un gran desafío sigue presente en la sociedad: hacerse cargo de la importancia que tiene la salud mental. Es común asumir que si alguien sufre una fractura, visitará a un traumatólogo. Si alguien tiene problemas de peso, acudirá a un nutricionista, y así con un sinfín de especialidades. Sin embargo, el bienestar integral del ser humano no sólo depende de aquello que es evidentemente visible ¿Por qué es tan difícil hacerse cargo de las dolencias mentales que hoy afectan a más de 700 millones de personas alrededor del mundo según datos de la OMS?
Socialmente, para algunos, aún sigue siendo un tabú el conversar acerca de afecciones que intervienen en los pensamientos. La depresión, la ansiedad o los trastornos de la conducta alimentaria son una realidad mundial de la cual debemos hablar sin tapujos, pues la clave está en educar acerca de este tipo de enfermedades -tal como existe la conciencia de hablar de otro tipo de problemas de salud como el sobrepeso o la obesidad-, que afectan a más del 74% de los adultos en Chile-.
El 10 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental y, en este marco, es clave verbalizar la relevancia que tiene el hablar de las situaciones personales, temores o preocupaciones que tiene cada individuo. Es evidente que la pandemia y el confinamiento obligatorio terminaron por visibilizar este tipo de malestares en la población, ya que según el Termómetro de la Salud Mental en Chile ACHS-UC 2020, casi el 50% de los chilenos presenta algún grado de depresión, problemas para dormir o sensación de debilidad emocional.
Estos antecedentes se contrastan con que la falta de confianza es una de las razones por las cuales las personas deciden callar aquello que afecta su bienestar. Lo anterior, se refleja en el estudio “Pulso Salud Mental Latam” -realizado por la empresa de selección y reclutamiento Michael Page- en el cual un 38% de los trabajadores chilenos se sienten “inseguros” o “muy inseguros” de conversar sobre su salud mental con el área de Recursos Humanos de la empresa con la que colaboran.
El temor al qué dirán, posibles desvinculaciones y la incertidumbre del contexto pandémico, hacen que sea aún más difícil el pedir ayuda y comunicar los problemas de salud mental. Crear ambientes de confianza es clave en las empresas y organizaciones, pues un clima laboral seguro puede apaciguar las tensiones de quienes se ven afectados por los cambios de rutina, el teletrabajo o el distanciamiento físico.
¿Cómo cuidar la salud mental? Además de educar, prevenir también es esencial. Algunas medidas que se pueden adoptar son mantener horarios de alimentación o ejercicio; realizar actividades recreativas y descansar, así como reducir los tiempos de exposición a pantallas y redes sociales. Sin embargo, estas acciones nunca serán suficientes si es que no trabajamos a nivel sociedad para dejar atrás los prejuicios que existen en torno a los problemas que no vemos y que afectan silenciosamente a más personas de las que creemos.