Carolina Garafulich, Gerente General PlanOK
La crisis climática por la que atraviesa el planeta, planteada hace años por la comunidad científica, moviliza a distintos sectores productivos a reorientar sus actividades hacia el desarrollo de proyectos sustentables.
De hecho, el crecimiento del emprendimiento en Chile viene acompañado con la intención de generar procesos productivos que integren un impacto positivo tanto en lo social como en lo medioambiental y los consumidores cada vez recompensan más este tipo de empresas prefiriendo sus productos o servicios. La construcción no queda fuera de esta tendencia y la sustentabilidad gana espacios como una práctica necesaria, tanto para adecuarse a la demanda de un consumidor más consciente e informado, como para el bienestar y futuro del planeta.
En Chile, los edificios son responsables del 21% del consumo de energía y ocupan el tercer lugar en emisiones de CO2, después de la minería y el transporte. Por lo anterior, la eficiencia energética en la construcción tiene un rol vital en la planificación de las ciudades sustentables del futuro.
Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), la tasa de crecimiento poblacional de Chile está en el 1,06% anual. Esto significa que el número de edificios va a crecer, y si no hay cambios en las maneras de construir, el consumo de recursos energéticos y materiales va a aumentar considerablemente. Es importante que la industria tome conciencia de la necesidad de transparentar al consumidor el impacto del producto que decide comprar, para que elija de manera informada.
En esta perspectiva, la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) hace unos años instauró el premio a la empresa sostenible, para incentivar a la industria en este camino, en una iniciativa que ha ido tomando fuerza especialmente en los últimos dos años. Se trata de un compromiso que la entidad empuja con fuerza, en el entendido de que el constructor que es considerado y comprometido con las personas, el medioambiente, la comunidad y la cadena de pago mejora los entornos en los que opera. Ya son varias empresas que se han comprometido con esta cruzada y esperamos que sean muchas más las que se sumen.
Se trata de ir más allá de lo que se norma por la fuerza de la ley. Significa la toma de mayor conciencia por parte de los dueños o accionistas de los proyectos, para entender que el impacto en el entorno en el que realizan sus proyectos debe dejar una marca positiva en la comunidad.
Las urgentes advertencias del IPCC deben ser un aliciente para éstas y otras industrias por asumir un compromiso mayor, medible y proyectable en el mejor trato con el entorno y sus comunidades.