Frederik Evendt, Gerente General Séché Group Chile
El último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático la IPCC nos alertó acerca del carácter irreversible del cambio climático y la peligrosidad de este para el planeta y, por ende, para los seres humanos.
Uno de los grandes problemas del modelo lineal de producción y desarrollo es que hemos sido incapaces de entender que las emisiones atmosféricas, líquidas y sólidas no son el final del proceso. Muy por el contrario, nuestro deber es encontrar las maneras de reducir esos descartes y, en el caso de producirse, buscar formas de reutilizarlos y reciclarlos, dándole un nuevo uso que beneficie a la naturaleza y los procesos económicos. Este nuevo prisma conjuga los conceptos de Economía Circular, regeneración y ecología industrial.
Los desafíos son transversales y complejos, pero analicemos el caso de los residuos industriales y el reto que ellos representan para los generadores y la industria ambiental. Según se deduce del Quinto Reporte del Estado del Medio Ambiente, durante 2017, Chile produjo cerca de 23 millones de toneladas de remanentes, siendo algo más de 13 millones de toneladas de residuos industriales no peligrosos y 621 mil toneladas de residuos peligrosos. Del total de desechos, el 76,4% fue eliminado, valorizándose sólo el 23,6%. Esta es la realidad que enfrenta la industria del reciclaje, que hoy se reagrupa en ANIR (Asociación Nacional de la Industria del Reciclaje), y que al alero de la Ley REP, comienza a cobrar mayor vigor y relevancia.
Según un estudio realizado por la gremial del reciclaje, en 2019 el producto prioritario Aceite y Lubricante Usado (ALU) representó 129.000 t/año, gestionándose adecuadamente el 58%, pese a que existe una capacidad instalada para procesar el 91%. El desafío del 42% restante que se está disponiendo de manera inadecuada podría disminuir gracias al fortalecimiento de la fiscalización sanitaria y ambiental.
En el caso de los Baterías Fuera de Uso (BFU), para el mismo año, el estudio señala que se produjeron 45.208 t/año. El 90% de éstas son a base de plomo y el 10% restante, de litio. Solo el 52% se gestiona adecuadamente, existiendo un delta de disposición incorrecta del 48%.
Finalmente, los Neumáticos Fuera de Uso (NFU), según el catastro de ANIR, en 2019 representaron poco más de 145 mil toneladas, siendo la industria minera y forestal el principal contribuyente, seguido por camiones y buses. De ese total, solo el 9% se gestiona de manera correcta a través de la trituración y el co-procesamiento. El principal desafío en este caso es aumentar la capacidad instalada incluyendo nuevas tecnologías de pirólisis y valorización energética.
Las tres categorías de productos antes mencionadas son parte de la Ley REP, pero la industria y los gestores de sus residuos tenemos nuevos desafíos que se pueden abordar desde la I+D. Este es el caso de Séché Group, donde contamos con varios proyectos. “Esseva” busca anticipar la reducción del nivel de emisiones de mercurio en las Unidades de Valorización Energética (UVE) de residuos municipales y similares; “Nanocap”, proyecto de investigación para eliminar las nanopartículas de los gases de combustión de la incineración; “MMATWO”, para reciclar el PMMA (polimetilmetacrilato); entre otros.
El compromiso de Séché Group Chile con la Economía Circular y la sostenibilidad se manifiesta en nuestra constante concientización de los clientes a realizar una correcta segregación de los residuos industriales peligrosos y no peligrosos, y aumentando nuestra capacidad de acondicionamiento y tratamiento de los remanentes valorizables en nuestra Planta de Sierra Gorda, ubicada en la Región de Antofagasta y que sirve a la gran minería y sus proveedores. Desde 2018 a la fecha hemos duplicado la tasa de los residuos que valorizamos y esperamos que esta cifra aumente junto al trabajo mancomunado con nuestros actuales y futuros clientes.