Conquistar al mundo privado, transmitir el valor de la herramienta y contribuir a la meta de la carbono neutralidad que se propone Chile serán los principales retos para la arquitecta durante su gestión como presidenta de CES.
La arquitecta Paola Molina, que ha formado parte del Comité Directo CES desde 2016, asume a partir de julio la presidencia de la Certificación Edificio Sustentable (CES), en representación del Colegio de Arquitectos, entidad a la que le corresponde este liderazgo durante el período 2021-2023.
Este es un desafío que -según dice la profesional- asume con un alto grado de compromiso. “Conozco la certificación desde antes de que naciera. He visto todas sus etapas y procesos a la fecha y creo que es una herramienta súper valiosa a nivel nacional, que permite levantar competencias vinculadas a la sustentabilidad, un tema puesto en la palestra tanto por la calidad de vida como de cara al cambio climático”, señala la nueva presidenta de CES.
Para Molina, quien también preside el subcomité de Economía Circular del Instituto de la Construcción (IC), los mayores retos que enfrenta CES son lograr que se levanten edificios Net Zero y conquistar al sector privado. “Que entiendan que CES es una herramienta muy valiosa, que permite -desde el diseño- disminuir considerablemente las demandas de energía y mejorar la calidad de ambiente interior”, comenta.
Arquitectura y diseño van de la mano, a la hora de responder a las condicionantes relacionadas con el cliente, el clima y otros elementos importantes cuando se toma la decisión de levantar un muro, hacer una ventana o un techo. Paola Molina lo sabe bien y, en este sentido, espera que la reglamentación continúe actualizándose.
Mirando los estándares térmicos a nivel internacional, en todas las ciudades de Chile, se han impulsado planes de descontaminación que buscan generar una cultura sustentable, para desarrollar mejores soluciones constructivas. “CES es una manera de validar esas mejoras, de poder mostrarlas. La calidad del ambiente o la iluminación no son factores tan en la conciencia del usuario, ni las posibilidades que ofrece el diseño para manejar eso. Antes se privilegiaban más las terminaciones, pero no la calidad de ambiente interior”, explica la arquitecta.
Ahora, el objetivo es responder con la herramienta CES promoviendo las condiciones que se necesitan para avanzar hacia la carbono neutralidad, valorizando los edificios con balance energético. “La certificación tiene que ir abordando los incentivos, para que se vaya moviendo toda la industria”, señala Paola Molina.
Si bien las certificaciones internacionales han sido valiosas, en este sentido, al ir poniendo temas de sustentabilidad sobre la mesa, los estados de desarrollo de los países que los generan son diferentes. “Los climas son distintos, eso va generando barreras para lograr la eficiencia esperada. En cambio, las certificaciones nacionales están considerando parámetros sociales, ambientales, etc., a nivel local”, acota la nueva presidenta de CES, quien valora poder contar con un directorio que representa a todo el espectro público-privado, a la academia e industria, lo que aporta una visión amplia y vinculada a la realidad país. “Necesitamos certificaciones como CES, que ayudan con eso”, concluye.