En el primer trimestre, la compañía continuó experimentando impactos derivados de la pandemia, situación que ha exigido un gran esfuerzo de adaptación para entregar un suministro reforzado. Ello, en paralelo con la extrema sequía que afecta a la zona central por más de 12 años, y ante la cual mantiene inversiones y proyectos para robustecer el abastecimiento, las que llegaron a los $ 32.423 millones en el ejercicio.
Frente al actual escenario de discusión constitucional, la compañía de servicios medioambientales enfatizó que seguirá desplegando todos los proyectos orientados a reforzar y robustecer la infraestructura y seguridad hídrica de Santiago porque existe confianza en que se mantendrá el marco que permita a Chile enfrentar las amenazas del cambio climático y sus profundas consecuencias.
Aguas Andinas llevó a cabo su encuentro con inversionistas correspondiente al primer trimestre de 2021. En la ocasión, se revisaron los resultados financieros del periodo, los que se mantuvieron influenciados por los impactos directos e indirectos de la pandemia y de la profunda escasez hídrica que atraviesa la zona central por más de 12 años, ante lo cual la compañía invirtió $32.423 millones para reforzar el suministro.
De igual modo, el saldo de efectivo y equivalente a efectivo de la empresa aumentó en $ 6.278 millones comparado con diciembre de 2020, alcanzando los $ 181.223 millones, explicado por una sólida generación de ingresos y un flujo de caja operativo estable. Ello, permite a Aguas Andinas contar con una robusta posición financiera y la holgura para enfrentar los desafíos de la contingencia sanitaria y de la emergencia climática.
A lo anterior se suman los niveles de seguridad registrados en el Embalse El Yeso, lo que ha permitido almacenar un volumen de 173,8hm3 al cierre de marzo de 2021, es decir, 76% de incremento respecto del cierre de marzo de 2020, y las mejores condiciones de infraestructura con las que cuenta la compañía gracias a su plan de inversiones.
Entre los principales proyectos en desarrollo, se mencionan los de Sondajes y refuerzos de sistema de abastecimiento de agua potable. Entre ellos, las obras de los Pozos de Cerro Negro – Lo Mena, infraestructura que reforzará el suministro en la zona sur de la ciudad y que consta de 15 pozos para la extracción de agua subterránea. Destacan los proyectos de la ampliación y modernización de la Planta Padre Hurtado, que pasará de los actuales 1.300 litros por segundo a los 2.300 litros por segundo; el estanque San Enrique, que considera dos nuevos estanques para reforzar el suministro a más de 7 mil clientes en Lo Barnechea; y el estanque San Antonio, con el cual se asegurará el suministro a más de 70 mil clientes con un nuevo estanque de 20.000 m3.
También se contemplan las obras para eventos de turbiedad extrema que permitan alcanzar las 48 horas de respaldo comprometidas con la autoridad y hasta los 3 meses en zonas de Santiago, mediante el proyecto Conducción El Manzano-Pirque. Además, Aguas Andinas ha comprometido proyectos adicionales para abordar la sequía y el cambio climático, las que han sido incorporadas en el Plan de Desarrollo actualizado, previa aprobación de la SISS.
En relación con la situación de Covid-19, el director de Finanzas, Didac Borrás, enfatizó que Aguas Andinas mantiene un plan de acción para asegurar la continuidad del servicio, implementando medidas para gestionar la situación derivada de la pandemia. Explicó que su impacto se debería principalmente a la baja en los consumos, los mayores costos para asegurar el suministro en la ciudad y los elevados niveles de morosidad. Es decir, menor recaudación de cuentas de clientes regulados que incrementó la antigüedad del saldo de las cuentas por cobrar, debiendo reconocer como provisión de deudores incobrables un monto de $3.382 millones, generando un mayor gasto por incobrabilidad en $1.206 millones respecto del año anterior.
Discusión Constitucional
Frente al escenario de discusión constitucional, el director de Asuntos Legales, Regulatorio y de Gobierno Corporativo, Camilo Larraín, precisó que para Aguas Andinas “relevar las aguas como un Bien Nacional de Uso Público, priorizar el consumo humano e incorporar el derecho al acceso real al agua potable y el saneamiento, como elementos básicos para la vida sana y digna, sin discriminación entre los sectores urbanos o rurales, son fundamentales”.
Agregó que este acceso debe ser eficaz, seguro en calidad, confiabilidad y continuidad “y en ello la industria sanitaria chilena ha sido un aporte relevante para el sector urbano donde operan sus concesiones, ya que ha alcanzado niveles de cobertura de Agua Potable, Alcantarillado y Tratamiento de las Aguas Servidas con estándares similares a los de países desarrollados”. En ese escenario, la empresa se puede adaptar a un nuevo modelo regulatorio referido a los derechos de agua, lo que no sería una condicionante para la prestación de los servicios sanitarios.
Asimismo, destacó que es importante entender que “la actividad de Aguas Andinas, como concesionaria del sector urbano, se fundamenta en construir y financiar la infraestructura para potabilizarla y suministrarla a los hogares y recolectar y tratar las aguas servidas de la ciudad. Ese es el valor que aportamos como compañía de servicios medioambientales. A través de nuestra expertise, gestión y la incorporación de tecnología de punta buscamos proporcionar una mejora constante en los servicios que entregamos”.
Aguas Andinas, dijo, continuará desplegando todos los proyectos orientados a reforzar la infraestructura y la seguridad hídrica de Santiago. Asimismo, es importante entender que el modelo regulatorio que se decida en la discusión constitucional “debe permitir enfrentar la emergencia climática que vivimos y sus amenazas como la profunda escasez hídrica que afecta, especialmente, a la zona central y confiamos en que así será. Estos desafíos deben ser resueltos para que Santiago y sus habitantes mantengan el suministro seguro y constante que necesitan, a pesar de condiciones climáticas más extremas”, explicó Camilo Larraín.