Ana Claudia Amar y Germán Sáenz, Directores Corporate Citizenship Chile
En este período de juntas de accionistas, observamos que cada vez son más las grandes empresas chilenas que han optado este año por publicar Memorias Integradas. Estos reportes, además de los tradicionales contenidos de índole financiera, incluyen indicadores y datos ambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por su sigla en inglés) para proporcionar una visión más holística de la gestión de la empresa.
De esta manera, junto a los hechos esenciales y las transacciones de partes relacionadas, estas empresas están dando cuenta de su gestión en temas tan relevantes como el cambio climático, la diversidad e inclusión, privacidad de los datos, el bienestar y salud mental de sus colaboradores, sus compromisos con la biodiversidad, y más.
Ellas han dado un paso adelante, adelantándose incluso a la nueva normativa que la CMF tiene en estudio, y que busca precisamente “una reestructuración de la actual Memoria Anual, incorporando las temáticas ASG de manera integral a lo largo de ese reporte”.
Y mientras nuestra CMF trabaja en pos de una Memoria Anual con un enfoque ESG, la Unión Europea acaba de actualizar su Directiva para Reportes No Financieros, estableciendo mayores exigencias, las que serán aplicables a un universo mucho mayor de empresas (incluyendo medianas y pequeñas), y también introduciendo gradualmente la obligación de una verificación independiente de los indicadores ESG.
Estos avances regulatorios sin duda tienen la mejor intención, y apuntan en la dirección correcta. Pero están lejos de ser la solución definitiva. Un mejor reporte no es sinónimo de una mejor gestión. El desafío es ir más allá de simplemente reportar nuevos indicadores, apuntando a lograr efectivamente integrar los factores ESG en la cultura organizacional y gestionar a la compañía integralmente bajo ese enfoque.
Suele afirmarse que lo que no se mide no se gestiona. Y detrás de esta afirmación, la creencia implícita es que aquello que se mide y reporta debiera ir mejorando, lo cual no es necesariamente el caso. De hecho, estudios recientes en EEUU muestran que ha aumentado la brecha de la mediana del salario de los CEO en comparación a la mediana del salario de los trabajadores, a pesar de que las empresas de dicho país están reportando esta brecha.
Una Memoria Integrada debiera ser el reflejo de una visión y una gestión integrada de la sostenibilidad. Eso es precisamente lo que la sociedad de hoy necesita: empresas que ven más allá de lo financiero y adoptan una mirada de largo plazo, generando valor no solo para sus accionistas, sino que también para la sociedad y sus grupos de interés más relevantes. Los Directorios, los Gerentes Generales y los ejecutivos, todos tienen un rol importante para hacer realidad este nuevo paradigma.
Esto requiere mucho más que nuevas regulaciones acerca de los reportes. Se requiere un cambio cultural, y éste no ocurrirá por decreto.