Pelayo Covarrubias, Presidente de Fundación País Digital
En los últimos años Chile ha avanzado a gran velocidad en materia de conectividad, logrando tener una cobertura del 98% del territorio habitado y accesos móviles que superan la cantidad de habitantes del país. Sin embargo, uno de los desafíos importantes en la materia es reducir las brechas digitales que existen en cuanto a uso, calidad y conocimiento para utilizar de mejor forma internet y sus aplicaciones.
A nivel nacional, el uso de internet varía de una zona a otra. Según nuestro estudio “Brecha en el uso de Internet: Desigualdad digital en 2020”, pese a que un 80% de la población usa internet diariamente, aún existen grupos donde esa cifra es muy baja. Esto está fuertemente marcado por la edad, la geografía urbana o rural, el nivel de ingresos, y, sobre todo, por el nivel educacional. Las zonas urbanas alcanzan un 81% de usuarios de internet, mientras que las zonas rurales registran un 57,9%. Por otro lado, si bien en todos los niveles socioeconómicos ha aumentado el uso de internet, en los deciles más bajos sólo el 53,5% utiliza la red actualmente, versus un 96,8% en el décimo decil. Y menos de 50% de adultos mayores de 65 años utiliza internet.
Es urgente educar con mucha fuerza las nuevas habilidades que se requieren en el siglo XXI, tanto a nivel de personas, como de micro, pequeñas y medianas empresas y de generación de emprendimientos de base digital. Para eso, es necesaria la colaboración entre el mundo público y los privados, ya que juntos son capaces de impulsar proyectos que apuntan a reducir la brecha desde lo educacional hasta en la infraestructura, como en el caso del proyecto de Fibra Óptica Nacional (FON), Fibra Óptica Austral (FOA) o la futura red 5G.
En ese contexto, es importante destacar la labor de la Subsecretaría de Telecomunicaciones (Subtel) en atender la brecha digital con programas como conectividad para la educación; servicios de telecomunicaciones para zonas wifi pública; habilitación de los servicios de infraestructura digital y zonas wifi para la Región de Tarapacá; el proyecto de la Puerta Digital Asia-Sudamérica; y el Plan Social de Desarrollo Digital.
Teniendo cobertura, buena calidad de conexión, rapidez y accesibilidad permanente, tanto las personas como las empresas tendrán a la mano la posibilidad de desarrollar y aprovechar a plenitud los beneficios de las tecnologías digitales para la vida cotidiana, más aún en tiempos de pandemia, para lograr un efecto directo en el bienestar y calidad de vida de la población, como en la competitividad y productividad de las empresas de manera nacional e internacional.
La tecnología está, pero para que se realice un uso masivo y extendido de las plataformas es imprescindible generar las condiciones necesarias de alfabetización digital, en definitiva, fomentar la cultura digital. Este objetivo país requiere del esfuerzo mancomunado de la esfera pública y privada, no solo de habilitación de una matriz digital en todo el territorio nacional, sino también de comunicar y enseñar los beneficios que los nuevos servicios digitales prestan a la ciudadanía, preparar a las personas en habilidades digitales y lograr transformar la visión y forma de interacción entre las personas, empresas y Estado, hacia una concepción de sociedad digital.