En el Día Mundial de la Salud, la organización se conservación invita a suscribir una petición para #PrevenirPandemias que destaca el vínculo entre la crisis climática y de pérdida de la biodiversidad con la actual emergencia por COVID-19.
Cada 7 de abril se celebra el Día Mundial de la Salud, el cual este año está cruzado por la pandemia del COVID-19, la cual ha puesto en evidencia la estrecha dependencia entre una naturaleza sana y personas saludables.
El tema de esta efeméride en 2021 es “Construir un mundo más justo y saludable” y en esta línea WWF ha lanzado una petición enfocada en #PrevenirPandemias, la cual invitamos a suscribir aquí
Tanto la emergencia sanitaria como la crisis climática y la acelerada pérdida de biodiversidad a nivel mundial están relacionadas, lo que hace urgente tomar conciencia respecto a esos vínculos, en ocasiones invisibles y otras veces muy evidentes. Según destaca WWF, su principal punto en común es que son síntomas del mismo problema: actividades humanas insostenibles.
Diversos estudios coinciden en que mantener ecosistemas o hábitats bien conservados, con una gran variedad de especies (biodiversidad) y un número importante de ejemplares (población) permite que los virus se distribuyan entre las distintas especies, con muchas posibilidades de acabar en alguna que bloquee su dispersión. A ello se suma la existencia de animales que depredan preferentemente los ejemplares más débiles y enfermos. Esto configura una forma de control natural frente a los efectos de posibles enfermedades en la propia población y también reduce notablemente el riesgo de transmisión a otras especies.
Al contrario, destruir y alterar la naturaleza, como lo hemos venido haciendo desde hace varias décadas, marcadas por un creciente impacto humano sobre los ecosistemas y la vida salvaje -a lo que también debe sumarse el cambio climático- debilita los ecosistemas naturales y facilita la propagación de patógenos. Así, aumenta el riesgo de contacto y transmisión al ser humano, con los consiguientes efectos negativos sobre nuestra salud.
Cuando rompemos el equilibrio de los ecosistemas también estamos alterando patógenos potenciales y entramos en contacto directo con virus desconocidos que pueden ser letales para nuestra propia especie. No es coincidencia que una de las principales causas de la pérdida de biodiversidad en los sistemas terrestres sea el cambio del uso de suelo, por ejemplo, la conversión de hábitats nativos prístinos (bosques, praderas o humedales) en sistemas agrícolas.
Si bien aún no tenemos todas las respuestas sobre el origen del coronavirus, sabemos que se trata de una zoonosis (enfermedad transmitida desde un animal al ser humano). Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), existen más de 200 zoonosis conocidas, entre las que se cuentan la rabia, el dengue, el SIDA, el Síndrome Agudo Respiratorio Severo (SARS), y también el hantavirus (VH), principalmente en el sur de nuestro país y Argentina. Más del 70% de las enfermedades humanas en los últimos cuarenta años han sido transmitidas por animales salvajes. Al año, las zoonosis ocasionan cerca de mil millones de casos de enfermedades y millones de muertes.
Este tipo de afecciones podrían representar la amenaza más importante para la salud de la población mundial en el futuro. Por lo mismo, es indispensable conocer y prevenir el brote de nuevas pandemias globales, entendiendo que la actual crisis de salud pública en realidad está directamente vinculada a una crisis de la salud del planeta y de pérdida de biodiversidad.
Una naturaleza sana y equilibrada actúa como una defensa ante este y otros muchos problemas. Su conservación y defensa es la garantía para prevenir futuras pandemias y hacernos más fuertes y resilientes frente a las que vengan. Solo tenemos un planeta y su salud está íntimamente ligada a la nuestra, es algo que debemos asumir diariamente en nuestra vida cotidiana, pero también exigir que las organizaciones, empresas y gobiernos igualmente lo reconozcan y, lo que es más importante, lo consideren en sus decisiones y acciones.