Cristina Acuña, socia fundadora Idea-Tec
La pandemia ha generado variados cambios en la forma en que vivimos y en muchos casos nos ha hecho reflexionar del modo como quisiéramos continuar.
El detenerse y pensar nos ha permitido acelerar varios procesos que se venian gestando de modo más pausado. Uno de ellos es la economía circular, que busca mantener el valor de los recursos, materiales y productos durante el mayor tiempo posible, ya sea generando nuevos subproductos o manteniéndolos durante un ciclo de vida más extenso e incluso infinito. Esto ha llevado a muchos a replantearse la forma en que hacen las cosas, y hoy se vislumbran con más claridad espacios y oportunidades de colaboración e innovación.
La economía circular busca desacoplar el crecimiento económico de la extracción de materias primas, además de eliminar el concepto de desecho, favorecer la regeneración de los ecosistemas naturales y promover herramientas efectivas para combatir el cambio climático, reduciendo la huella de carbono, de materiales y de agua.
En este contexto entra en escena la ciencia que se pone a disposición de la nueva economía, de esta nueva mirada global que nos hizo entender que el efecto mariposa si existe, y que lo que le pasa al vecino, te puede ocurrir a ti también. La ciencia es fundamental en el desarrollo de nuevos productos que sean responsables, desde su gestación hasta su llegada a la góndola. Y en la gestación es cuando toma especial relevancia la ciencia que queda a disposición de la economía circular para generar nuevos productos que cumplan con todas estas condiciones y que puedan ser económicamente rentables.
La economía circular consiste en diseñar de forma intencionada procesos y mezclas de procesos que se vinculen entre ellos. Cuando desarrollo cualquier producto digo… ‘¿Qué va a pasar con esto en sus diferentes etapas? ¿De dónde voy a sacar todos los materiales que voy a utilizar, y qué va a pasar con todos los subproductos e impactos que se vayan generando a lo largo de toda la cadena y la vida de este producto?’. Se necesita una visión sistémica que se ocupe de qué pasa cuando se están extrayendo los materiales, cuando se está desarrollando el producto, cuando se está comercializando -etapa que está fuertemente ligada al transporte-, luego en su uso, y luego en su fin de vida. En todas esas etapas se necesita una visión sistémica que permita entender hasta dónde llegan las externalidades o efectos de desarrollar un producto o servicio en específico.
Sin embargo, hoy se trabaja con una infinidad de materiales que hace extremadamente complejo generar una red donde todo lo que fluye dentro de la economía tenga un destino intencionado, con un ecodiseño que piense a priori qué se va a hacer con todos los subproductos o impactos, en qué se van a usar, a quién se le van a vender, quién los puede retirar, etc.
Sin embargo, para que esto funcione ncesitamos cerrar el circulo virtuoso y eso lo logramos cuando el consumidor saca de la góndola el producto que tanto demoró en diseñarse para que fuera sustentable. En Idea-Tec buscamos resolver el anhelo de las personas con un producto adecuado, con una pintura que pinte los muros de sus casas u oficinas, pero que cuide el medio ambiente y para poder continuar en la re-Evolución, necesitamos vaciar las góndolas y que nos eligan para que reciclar no sea un privilegio. Hagamos la re-volución, seamos todos consumidores responsables para que esta economía circular siga rodando.