Lautaro Spotorno, Communications Director and Corporate Social Responsibility Head at SAP Latin America.
En el 2021, con “el Reloj del Apocalipsis” (Doomsday Clock, en inglés, que es un instrumento simbólico creado por científicos atómicos que muestra los minutos que nos quedan hasta el fin del mundo), apuntando cada vez más cerca, podemos decir que las personas se encuentran más conscientes de la urgencia de resarcir los daños al medio ambiente, lo que los lleva a poner una mirada cada vez más crítica en el actuar de las empresas.
El segmento de mercado “Millennial”, al igual que la generación que le precede, exige que se lleven a cabo prácticas más responsables con el medio ambiente y la sociedad, para que ellos puedan dar su voto de confianza. De esta manera, la sostenibilidad es cada vez más importante para todas las empresas.
Vamos a los datos: el 62% de los ejecutivos considera necesaria una estrategia de sustentabilidad para ser competitivos hoy, y otro 22% cree que lo será en el futuro.
En pocas palabras, la sustentabilidad es un enfoque empresarial que crea valor a largo plazo teniendo en cuenta cómo opera una organización determinada en el entorno ecológico, social y económico. El concepto se basa en el supuesto de que el desarrollo de tales estrategias fomenta la longevidad de la compañía.
A medida que aumentan las expectativas sobre la responsabilidad corporativa y la transparencia se vuelve más frecuente, las comunicaciones profesionales y las buenas intenciones ya no son suficientes. La congruencia de las acciones permea a la imagen de la empresa y esto a su vez es sometido a un juicio; ¿conviene invertir en una empresa que no está poniendo los ojos en el bien común?.
Muchas veces se toma por sentado que una organización con fines de lucro debe enfocarse primeramente en generar ganancias para sí mismos, sin embargo, el generar utilidades no se contrapone a la sustentabilidad.
Si bien no es sencillo muchas veces invertir en maquinarias nuevas, investigaciones o productos más amigables con el entorno, la inversión es redituable cuando se toma en cuenta que el beneficio no solo se verá reflejado en términos económicos y de percepción pública, sino también a largo plazo en el medio ambiente. Entonces empecemos a buscar esas oportunidades dentro de nuestras empresas para renovar y dar un giro positivo por el futuro de todos.