Los recicladores de base están conformado por un grupo de hombres y mujeres que dedican su tiempo a recuperar desde la calle materiales para darles nueva vida, creemos importante destacar su loable labor este lunes 1 de marzo, fecha en que se conmemora mundialmente su día.
Son una pieza clave en la cadena de la industria del reciclaje, y su trabajo merece ser reconocido a diario.
Silencioso y fundamental. Así es el trabajo que realiza un reciclador, pilar esencial de una industria que cada año crece en exigencias y resultados. Conformado por un grupo importante de personas, se estiman cerca de 60 mil a lo largo de todo el país (de los cuales cerca del 60% corresponderían a mujeres).
Como Asociación Nacional de la Industria del Reciclaje (ANIR), reconocemos y valoramos la importante labor que realizan a diario, más aún, ad portas del lunes 1 de marzo, fecha en que se conmemora internacionalmente este oficio. Muchas de las empresas que integran la asociación gremial mantienen un contacto directo y cotidiano con ellos, siendo parte fundamental de la cadena de abastecimiento.
Reconocimiento internacional a los Recicladores de base
El 1 de marzo se celebra el Día Internacional de los Recicladores de Base, la conmemoración se instauró como una forma de recordar y homenajear a once trabajadores que fueron asesinados en Colombia el año 1992 y que se desempeñaban en este rubro. Con el tiempo el reconocimiento se ha hecho extensivo a otros países y Chile no es la excepción.
“Este es un rubro tremendamente comprometido con un trabajo que presenta grandes exigencias. Como ANIR apoyamos su labor y creemos que es importante buscar alternativas que mejoren sus condiciones laborales, fomentando la formalización e inclusión en la futura implementación de la Ley REP. Detrás de cada reciclador de base hay miles de familias que se sustentan en torno a la recuperación de envases y embalajes como botellas de plástico, vidrio, latas, chatarra y cartones entre otros.
Si hoy en Chile se recicla algo desde los domicilios, es principalmente gracias a los recicladores de base, son un eslabón clave que hay que proteger”, afirma Martín Walsen, presidente de ANIR.
En nuestro país ellos realizan una importante labor, de hecho, el Tercer Informe del Estado del Medio Ambiente (IEMA) estimó que cada chileno emite alrededor de un kilo de basura al día y menos del 1% de esos residuos domiciliarios se recicla, por lo tanto, sus acciones tienen un efecto fundamental para el medioambiente.
Cuando se inició la actual crisis sanitaria, la industria del reciclaje se incluyó en la lista de actividades esenciales, por su aporte a la salud de las personas en materia de higiene y por ser proveedores de materias primas esenciales para la industria del embalaje principalmente, permitiendo mantener así activa la cadena logística y de abastecimiento en Chile.
Sin embargo, los recicladores de base quedaron un poco a la deriva durante ese período, especialmente aquellos que no contaban con personalidad jurídica. Debido a las cuarentenas y toque de queda, muchos vieron mermada su principal fuente de ingreso, simplemente por no poder salir de sus casas a recolectar los residuos reciclables.
Preocupados de esa realidad ANIR gestionó de manera temporal a mediados del 2020 un certificado ante el Ministerio del Medioambiente para apoyar a los recicladores de base que tienen “RUT persona” que habían visto afectada su fuente laboral. Las conversaciones con las autoridades permitieron a las empresas socias de ANIR, tramitar un certificado que posibilitaba a los recicladores de base, sin personalidad jurídica, continuar su labor a pesar de las restricciones de circulación que rigen debido a la pandemia.
Esta medida tan significativa sentó un precedente positivo para la industria y no solo los recicladores de base se vieron beneficiados en todo sentido, sino que también la industria pudo recuperar parte de las fuertes mermas experimentadas en las tasas de reciclaje nacional producto de la pandemia.
“Estamos muy agradecidos de las autoridades que estuvieron abiertas a escuchar nuestras necesidades y a trabajar en conjunto para encontrar una solución concreta. Estamos confiados en que continuaremos trabajando colaborativamente tal como lo hemos hecho desde los inicios de ANIR, gestionar el reconocimiento de nuestro rubro como actividad esencial es una prueba de ello”, comenta Martín Walsen.
“Este año, producto de la pandemia, la recolección de cartón se tornó mucho más compleja, pues si bien contamos con nuestros socios estratégicos, la recolección depende principalmente de los recicladores pequeños que hacen llegar el reciclado a las plantas industriales. Esto generó un déficit de reciclado, que, al ser nuestra principal materia prima, puso en riesgo la producción de papel”, agrega Claudia Ávila, jefa de Control de Gestión y Riesgos de FPC Papeles, empresa socia de ANIR.
De ahí la relevancia de buscar en forma conjunta alternativas que permitan mejorar los índices de reciclaje de nuestra sociedad. La tarea tiene varias aristas y una de ellas es mantener y optimizar el trabajo de este sector y de quienes comienzan la cadena: los recicladores de base.