Frederik Evendt, Gerente General Séché Group Chile
Innumerables son las iniciativas que recogen e integran el desarrollo sostenible como un lineamiento necesario para hacer frente a la realidad que aqueja al medio ambiente en la actualidad. Pero ¿dónde entra la biodiversidad en aquel discurso? ¿se puede pretender la protección ecosistémica sin la asimilación de su importancia?
Según el Ministerio del Medio Ambiente (MMA), la biodiversidad o diversidad biológica puede ser definida como la “variabilidad de los organismos vivos que forman parte de todos los ecosistemas terrestres y acuáticos” y que representan un elemento fundamental para que la vida humana pueda continuar desarrollándose en la tierra. Mientras que la Estrategia Nacional de Biodiversidad 2017-2030 afirma que “asegura la continuidad y reproducción de especies”, además de ser un “patrimonio de recursos biológicos y genéticos estratégicos para sustentar el desarrollo cultural, científico y económico del país”.
Debido a las características propias de la geografía de Chile, en el territorio se extiende una enorme cantidad de ecosistemas y especies únicas en todo el mundo. Sin embargo, en 2020 se conoció a través del Sexto Informe Nacional de Biodiversidad que, a este ritmo, las metas que se estipularon en la Estrategia Nacional de Biodiversidad 2012-2030 no solo no se están cumpliendo, sino que también están muy lejos de concretarse.
Eso supone un asunto que debe ser mirado con detención para enfrentarlo con la urgencia necesaria. Aquello, conociendo que la pérdida de biodiversidad anteriormente ya fue calificada en el Foro Económico Mundial como el “tercer riesgo más grande para el mundo”, muy por encima de ataques terroristas, enfermedades infecciosas o conflictos entre Estados.
Actualmente, en el sector privado ya existen iniciativas que integran el concepto de biodiversidad en sus políticas de protección medio ambiental. Entre ellas se pueden contar las de CMPC y Arauco, quienes en sus respectivos reportes de sostenibilidad dan espacio a dicho tema y trazaron metas concretas para la protección de ecosistemas. Lo mismo ocurre con ENAP, que dedicó gran parte de su informe anual a tratar la importancia del asunto y cuenta con un programa para la conservación de humedales.
Ante un escenario medio ambiental que reclama de forma urgente la acción por el cuidado ecosistémico, Séché Group está orgulloso de ser parte de las 11 empresas que son partícipes de un plan de conservación de biodiversidad impulsado por el Comité de Act4Nature International, organismo que busca la implicación de los líderes de todos los sectores económicos para la inclusión de la diversidad biológica como un asunto relevante para hacer frente al cambio climático.
Desde sus inicios, Séché Group ha llevado con orgullo el estandarte de la preservación de la biodiversidad como una de las políticas elementales de la empresa, buscando la sensibilización de las y los colaboradores y sus familias, así como de los propios stakeholders a través del trabajo conjunto y la promoción de nuevos hábitos.
Como empresa apuntamos al compromiso con el respeto, integración y recuperación de la biodiversidad en las estrategias de desarrollo global de nuestras operaciones, para evitar, reducir y, de ser necesario, compensar el impacto de nuestras actividades en los ecosistemas.
De esta forma, reafirmamos nuestra firme convicción por abrir el concepto de desarrollo sostenible más allá de los límites que se han trazado, extendiendo esas fronteras hacia un enfoque integral que comprenda el medio ambiente en su conjunto y su infinita diversidad que hoy debemos preservar con más fuerza que nunca.
