Alejandra Fuenzalida, directora ejecutiva de United Way Chile
En un mes especialmente enfocado en la mujer es importante analizar un aspecto crucial para el desarrollo laboral y personal de nuestro género: las oportunidades.
Para emprender, la principal dificultad que tenemos está dada por los estereotipos sociales y la multiplicidad de roles que cumplimos, ya que, en general, somos responsables del cuidado de los niños y niñas, de los adultos mayores o de personas con alguna dificultad, además de los quehaceres del hogar. Estas responsabilidades son a veces autoimpuestas y derivan en un peso cultural que arrastramos y que nos limita a la hora de comenzar un emprendimiento.
Si bien emprender significa un ingreso extra compatible con estas labores, el segundo obstáculo es acceder a un financiamiento, ya que las mujeres tenemos un menor respaldo financiero. Además, hay una falta de acceso a redes de contacto, principalmente, profesionales.
La preparación y el conocimiento son también otros aspectos importantes. Hay que destacar el acceso que hay a tecnologías y a la educación STEM, lo que nos permite pensar que en un tiempo más, las niñas y mujeres serán vistas con otros ojos y la conciliación entre el trabajo y la familia serán compartidas con los hombres.
Las nuevas generaciones ya muestran un cambio. Distintas organizaciones estamos trabajando y educando a los niños y niñas, para que vean a los otros como sus pares, sin sesgo de género, de vestimenta o de roles socialmente impuestos. De esta manera, podremos crear una sociedad más justa, igualitaria y equitativa para todos.
¿Cómo seguimos? Debemos trabajar para disminuir la brecha entre hombres y mujeres. Es necesario que se tomen más medidas por parte de todos los sectores de la sociedad, estando siempre conscientes que el resultado que necesitamos va a llegar en muchas décadas más.