Dagmar Kuhn, Product Manager de Libero
Todos los años, el 5 de Marzo se celebra el Día Mundial de la Eficiencia energética. Se trata de un evento mundial orientado a concientizar sobre el uso racional de la energía.
También busca sensibilizar a todas las personas acerca de la necesidad de reducir el consumo energético mediante su uso razonable y sostenible.
Ser energéticamente eficiente ya no es una batalla liderada por unos pocos visionarios, sino que se ha convertido en una necesidad urgente en la cual todos nosotros debemos tomar parte. Y contrariamente a lo que muchos pueden pensar, incrementar la eficiencia energética no implica comprometer el comfort y la calidad de vida, ni tampoco en sólo disminuir el uso de energía en nuestro día a día, sino que se trata de una gestión eficiente la energía que consumimos, optimizar el uso de la misma, promover un consumo energético responsable, y reciclaje entre otros aspectos.
¿Cómo puede cada uno de nosotros contribuir a la eficiencia energética? Hay innumerables acciones simples que podemos hacer durante todo el año, no solamente el 5 de Marzo. Algunos ejemplos son: usar las horas de luz natural para aquellas tareas que requieran de más luz, apagar las luces y los aparatos electrónicos cuando no los estemos usando (ya que incluso en modo “stand by” consumen energía), reemplazar electrodomésticos por modelos con mejor eficiencia energética y usarlos racionalmente, fomentar el uso de los medios de transporte público y la bicicleta, separar basura para que parte de la misma pueda ser reciclada, etc. Adicionalmente a los beneficios para el medio ambiente, estas acciones significarán un ahorro económico para la billetera.
Y si hablamos de los electrodomésticos, el refrigerador es por lejos el aparato que más energía consume, llenado a representar alrededor del 30% del consumo eléctrico del hogar. Por eso al momento de elegir un refrigerador es importante optar por los modelos que tengan eficiencia energética de al menos A+.
Adicionalmente a esto, hay nuevas tecnologías desarrolladas para ahorrar energía, tales como el compresor inverter que se trata de un motor que funciona más eficientemente aumentando su durabilidad y reduciendo el gasto energético en hasta un 30%. Y si bien los refrigeradores de frío directo muchas veces son considerados como una tecnología más antigua, tienen la ventaja de no sólo evitar la deshidratación de los alimentos y mantener la fruta y verdura fresca por más tiempo, sino que además consumen menos energía que un modelo No Frost de similares características.
Sea cual sea el refrigerador o freezer que tengamos en nuestro hogar, también existen hábitos de uso que contribuyen a ahorrar energía, tales como abrir y cerrar la puerta del refrigerador lo menos posible (ya que esto genera pérdida de frío que el aparato debe recuperar gastando energía); considerar que un aparato lleno funciona más eficientemente que uno a medio llenar debido a que los alimentos bebidas conservan mejor el frío que el aire (por eso puede almacenar botellas con agua en un refrigerador y hielo en el freezer) y utilizar el termostato para almacenar eficientemente los alimentos a la temperatura adecuada y prefiriendo modelos de triple función en el caso de los freezer (ya que para bajar y mantener un solo grado la temperatura al interior del aparato, éste puede consumir hasta un 6% más de energía).