Nicolás Schneider Errázuriz, Fundador Un Alto en el Desierto
En el año 1993, la Asamblea General de Naciones Unidas declaró al 22 de marzo de cada año como el Día Mundial del Agua. Este día siempre está plagado de buenas intenciones en las editoriales, pero se hace necesario reflexionar, en concreto, en torno al AGUA a nivel nacional visualizando el vaso medio vacío y el vaso medio lleno asociado a la gestión integral de recursos hídricos, principal desafío en Chile.
5 gotas en el vaso medio vacío
- Evidente agotamiento del modelo de gestión del agua en Chile: Las situaciones ampliamente difundidas por la prensa en Petorca, Osorno u Aculeo, entre otros lugares, en el último tiempo, son claros indicadores de un agotamiento del actual modelo hídrico chileno, a causa de su propio extractivismo y liberalización, dejando comunidades enteras sin agua o en una situación muy precaria en torno a su suministro hídrico. La ineficiencia hídrica en riego y los ya permanentes y recurrentes instrumentos transitorios como la declaración de Zona de Catástrofe (Ministerio de Interior), declaración de Zona de Escasez Hídrica (Ministerio de Obras Públicas) y la declaración de Emergencia Agrícola (Ministerio de Agricultura) que llegaron para quedarse, son también una prueba de esto.
- Población con dotación de agua potable solamente por camión aljibe: Según la Fundación Amulén, un 47,2% de la población rural accede al AGUA por métodos “no tradicionales” incluido el camión aljibe. Según cifras oficiales, solo en la provincia del Limarí hay más de 12.000 personas que viven solamente con 50 litros de agua al día. Esto es escandaloso, pero los camiones aljibes que antes se decían que eran para una solución temporal y de emergencia son parte cotidiana del paisaje rural y rururbano en el país en invierno y en verano.
- Confusión constituyente y ofertones de temporada!: Se ha iniciado la temporada de ofertones en torno al AGUA, observándose una profunda confusión en temas jurídicos, éticos, técnicos e incluso del rol de la propia constitución y de sus constituyentes. Favor, antes de votar infórmese de las actividades anteriores a la elección del candidato o candidata en materia hídrica.
- La familia diagnóstico resiste al Covid-19: La “familia diagnóstico” de universidades, centros de estudios, grandes fundaciones, ONG Internacionales, consultoras y de entidades estatales en torno al AGUA, no han parado por Covid-19, se reinventan y siguen en la elaboración de diagnósticos y “mesas” no vinculantes y poco intersectoriales para posibles salidas a la crisis hídrica del estilo de un impracticable manejo de cuencas, grandes desalinizadoras, carreteras hídricas, o un nuevo Ministerio del AGUA sin cuestionarse ni limitar la demanda hídrica.
- Reglamento de Ley N°21.075 de reciclaje de aguas grises: Dado el contexto actual, todo país serio debería reciclar sus aguas o parte de sus aguas. Sin embargo, en Chile han pasado tres años desde la promulgación de la Ley N°21.075 de aguas grises y aún no se ha tramitado el reglamento que permite su puesta en marcha. Todo parece indicar que el problema se encuentra en el Artículo N°13 de esta ley, que implica que la persona que tenga un proyecto en su casa podrá pagar menos (el único incentivo) en la cuenta de agua potable debido al ahorro en ítems como tratamiento y recolección, pareciendo ser la gran piedra en el zapato.
Todo vaso también tiene una perspectiva más positiva: 5 gotas en el vaso medio lleno
- Creciente interés en temas hídricos: Para quienes llevamos más de una década en temas hídricos antes se hablaba muy poco del AGUA, pero hoy existe un creciente interés en este tema debido a los casos antes señalados y casos en todo Chile, incluido el sur del país. Hoy es usual hablar del AGUA e incluso medios de comunicación hegemónicos lo tienen en su agenda diaria de noticias.
- El aumento de la población rural trae nuevos desafíos: A causa de la pandemia, la migración desde la ciudad provoca que centenares de pueblos y caseríos rurales hayan subido su población, aumentando la construcción de casas y ampliaciones haciendo que el campo actúe como refugio ante el Covid-19 y ante la crisis económica y social que vive el país. Esto conlleva varios desafíos, en especial ante el creciente requerimiento hídrico, principalmente en verano, que se traducen en mejorar la gestión hídrica y dotar de mejor infraestructura a los APR (Agua Potable Rural) dada el alza de la demanda.
- Ley N° 20.998 de Servicios Sanitarios Rurales: Después de una lentísima tramitación y gracias al esfuerzo de dirigentes y dirigentas del AGUA, es posible implementar este marco legal siendo todo un desafío para los APR y Cooperativas (en especial por el tema del alcantarillado), que con una buena gestión hídrica y alianzas para temas técnicos y de recursos, este paso jurídico y técnico puede en muchos casos robustecer aun más la autogestión hídrica fuera de las ciudades y en importantes y estratégicos sectores “rururbanos” de las grandes aglomeraciones urbanas a nivel nacional y muy apetecidos por las sanitarias.
- APR y Cooperativas primera línea ante el COVID-19: Más de 1,7 millones de personas en el país durante este año de la pandemia han sido dotados de agua potable por alguna organización comunitaria siendo evidente el gran esfuerzo que han realizado para mantener el suministro, muchas veces en condiciones adversas. Es importante visibilizar su gran labor.
- Ante la crisis hídrica hay una respuesta ciudadana: Movimientos ciudadanos, fundaciones pequeñas sin fines de lucro, APR, Cooperativas, entre otros han “despertado” en contraposición del agotado modelo chileno de gestión del agua, por ello, es que si bien es un movimiento muy “atomizado” y muchas veces “apolítico” y “personalista”, es un creciente dolor de cabeza para tomadores y tomadoras de decisión en distintos niveles en las cuencas que habitamos, la misma crisis hídrica y el llamado “estallido social” generó una aceleración de este proceso.
Todo vaso nos permite siempre observar las dos caras de un tema, todo vaso requiere alguien quien lo mire y su interpretación depende de ello, pero hay algo que es evidente, qué pese a la desinformación, la pandemia, la poca valoración y la mercantilización del recurso hídrico, el AGUA y su gestión ya nunca más pasará desapercibida.
