Aunque en el caso chileno este proceso de vacunación se ha desarrollado de manera exitosa, la organización no gubernamental insta al gobierno a centrarse en subsanar estas brechas para lograr una cobertura equitativa de la vacuna a nivel del país, romper la resistencia de la comunidad a la inoculación y contar con una acción preventiva y de protección especial a la niñez en el país.
A nivel internacional la fundación de ayuda humanitaria está trabajando en estrecha colaboración con COVAX -Acuerdo Internacional de Intercambio de Vacunas- para respaldar una ágil implementación del proceso de inoculación en países de ingresos bajos y medianos, y busca hacer recomendaciones en relación con la niñez.
Es clave anticiparse y hacer sostenible una distribución equitativa de la vacuna contra el Covid-19 en el mundo y, en lo particular en Chile, especialmente por las brechas que se van produciendo según el acceso a información adecuada o la calidad de los servicios dependiendo de los estratos sociales, por lo que a juicio de ONG World Vision existe una serie de brechas significativas en el plan nacional de vacunación presentados por el gobierno.
En esa línea, la organización internacional de ayuda humanitaria y de protección a la niñez vulnerable alerta sobre los siguientes puntos:
Los planes de vacunación no incluyen el uso de datos sociales para guiar la aceptación de la vacuna.
Se recomienda incluir el uso de análisis de barreras y de encuestas para comprender mejor lo que las comunidades piensan, sienten y saben sobre las vacunas. Estos hallazgos deben usarse para guiar las estrategias de implementación de vacunas. Los planes deben incluir estrategias para abordar la desinformación y la gestión de rumores a fin de guiar a las personas hacia la toma de decisiones informadas sobre su salud. En este aspecto es clave que no se pierda la trazabilidad de quienes se han vacunado para identificar si hay grupos de interés o sectores en donde no se esté respetando el protocolo de vacunación por “información privilegiada” o “clientelismo”.
El plan ha sido general en cuanto a priorizar poblaciones para la vacunación además de los trabajadores de la salud, los ancianos y las personas con enfermedades subyacentes, pero a no ser por la presión de la situación no incluyen específicamente a refugiados y poblaciones en movimiento.
El país debe garantizar el mapeo específico de las poblaciones vulnerables, especialmente la población en movilidad humana, refugiados y las poblaciones que viven en los puntos críticos urbanos, priorizándose su vacunación temprana. Ya hemos visto como la crisis de Colchane ha abierto un debate que ha conflictuado el derecho a la salud con un enfoque de seguridad pública que vulneraba tratados internacionales de DDHH y ponía en riesgo la estrategia de vacunación comprometida.
El plan no logra garantizar que las estructuras de coordinación, la participación / representación de la sociedad civil y las comunidades aporten para la aceptación de la vacuna y la erradicación de mitos.
Nuestra experiencia en el mundo nos señala que se debe promover la participación de la sociedad civil y de líderes comunitarios locales, así como líderes religiosos en todas las fases de la estrategia de vacunación del gobierno para garantizar que los planes tomen en consideración el contexto local, los sistemas de creencias e involucren a todas las partes interesadas críticas desde el principio para aumentar la aceptación de la vacuna y legitimidad de la estrategia sanitaria.
Finalmente, al no existir aún evidencia de la pertinencia de la vacuna para menores de 16 años, y como se ha hecho evidente en países como Israel que han implementado sistemas de vacunación hasta dicha edad. La inmunidad social o de “rebaño” será difícil de lograr sino se trabaja elementos preventivos y de protección especial para la niñez en Chile. Ya lo evidencia el reporte de COVID al 17 de febrero en donde se acumulan 98.327 casos de menores de 18 año, cifra que creció 2.000 casos aproximadamente respecto del reporte anterior.
Se espera a nivel internacional que las vacunas hasta los 12 años de edad estén ya probadas con confianza y evidencia para mediados de 2021, pero aun así las exigencias de los “factores de seguridad de los datos” que requieren las vacunas, harán que aunque el virus tenga efectos menos graves, se requiera saber cómo incide en el desarrollo de niños, niñas y adolescentes.
Se han llegado a estas conclusiones luego de realizar recientemente una encuesta en 6 países de 3 regiones para analizar la percepción sobre las vacunas, conocer sobre planes para su aplicación y comprender las barreras para la aceptación de estas, y parte importante de la población de algunos países señaló que no tenía la intención de vacunarse debido a la falta de confianza y / o poco conocimiento al respecto, pero que lo considerarían si se lo sugiriera un profesional de la salud o un líder de su localidad o un líder religioso calificado.
Aunque en el caso chileno este proceso de vacunación se ha desarrollado de manera exitosa, la organización no gubernamental insta al gobierno a centrarse en subsanar estas brechas para lograr una cobertura equitativa de la vacuna a nivel del país, romper la resistencia de la comunidad a la inoculación y contar con una acción preventiva y de protección especial a la niñez en el país.
Desde la fundación hacemos algunas recomendaciones para las familias para dialogar sobre las vacunas con sus niños y niñas en el sitio https://www.worldvision.cl/blog/vacunas-y-covid-19-nuevas-amigas-protectoras-para-ni%C3%B1os-y-ni%C3%B1as