La pandemia fortaleció a la tecnología y sus múltiples herramientas. La mayoría de ellas se quedarán por largo tiempo, gracias a que demostraron que dentro de sus principales atributos está la eficiencia que brinda a las empresas y sus colaboradores, un ejemplo de esto es el teletrabajo. ¿El problema? La escasez de ciberseguridad.
Ad portas de que llegue el primer aniversario del día (11 de marzo) en que al mundo le cambió la vida debido al Covid-19 y la determinación de la OMS de declarar pandemia a nivel global, muchas áreas y aspectos de la vida de los seres humanos fueron modificadas y, en algunos ámbitos, para siempre. Dentro de éstos, se encuentra la tecnología, la que se vio impulsada gracias a este contexto.
Con esto, se descubrió que trabajar desde el hogar no solo está muy lejano a ser una actitud perezosa, sino que también se demostró que sí es posible. Asimismo, las empresas también detectaron que la continuidad operacional que brinda esta nueva modalidad laboral es eficiente y económica.
Pese a que ya se cumplirá un año de este hito mundial, aún hay empresas que no han logrado el nivel adecuado para conseguir llevar un ritmo correcto de sistema homeoffice. No solo por complicaciones humanas, sino porque no poseen las herramientas tecnológicas para hacerlo, como la protección de redes que se requiere, implementación de sistemas que brinden respaldo, seguridad e inmediatez a los colaboradores y a los clientes.
Según el último informe de NTT “Digital Workplace Report”, el 60% de las organizaciones a nivel global no cuenta con una estrategia formal para el espacio de trabajo digital. Ante esta cifra, el solutions director de la compañía japonesa en Chile, Cristian Cabezas, aclara que “en Chile son más del 60% las empresas que no están aptas para realizar teletrabajo”.
En este contexto, serán varias las entidades que deberán analizar sus estrategias de arquitectura de red y seguridad, operación y soporte de modelos para gestionar mejor el riesgo operativo en esta “nueva normalidad”. “La infraestructura de red debe diseñarse y gestionarse adecuadamente para hacer frente a sobretensiones no planificadas, lo que requerirá una revisión de la nube y las instalaciones para reducir el impacto y la frecuencia de los cortes críticos para el negocio”, declaró el gerente general de NTT Chile, Guillermo Moya.
Momento de renovarse
El escenario tecnológico actual enfrenta una transformación de sus servicios. Hoy las compañías requieren de sistemas eficientes, integradores, seguros, amigables con el usuario y a los que se pueda acceder desde cualquier lugar, permitiendo abordar una demanda digital sin precedentes.
De acuerdo con un estudio realizado en 2020 por NTT sobre cómo han funcionado las empresas con sus soportes y plataformas durante la pandemia, en los últimos dos años los ciclos de renovación tecnológica se desaceleraron. De hecho, en 2019 el 48% de los activos de infraestructura de red de las empresas eran muy viejos u obsoletos en comparación con el 13% en 2017. Mientras que las advertencias de ciberseguridad aumentaron en un 38% en dispositivos más antiguos. Es decir, las vulnerabilidades están directamente influenciadas por el estado del ciclo de vida de un dispositivo (su nivel de envejecimiento).
Es por eso que NTT Chile plantea que “hoy las compañías requieren un servicio de acompañamiento integral, mediante una asesoría que comience con un diagnóstico para detectar qué es lo que la organización necesita realmente. En base a esto, se toman decisiones inteligentes para rediseñar la red, fortalecer la seguridad y proporcionar el soporte necesario para operar de manera efectiva y sostenible”, afirmó el Principal Consultant de la compañía, Maksim Mondeja.
Con este nuevo escenario y forma de vivir el trabajo, hoy se vuelve clave que las organizaciones cuenten con soluciones efectivas que se adapten a la “nueva realidad”, y que incluyan la fase en la que se encuentran. NTT Chile lo define en:
- Corto plazo (resolver): necesidad de respuesta rápida, ya que cuentan con muchos colaboradores en teletrabajo. Se requiere de una red que entregue conectividad primaria, que exista una provisión del equipamiento, herramientas de colaboración e implementación de medidas de seguridad.
- Mediano plazo (retornar): tiempo de recuperación y de reanudar operaciones de manera diferente. Para ello, la red debe contar con visibilidad y control, optimización del desempeño, implementación de automatización y costos.
- Largo plazo (reinventarse): en el nuevo escenario se debe incorporar resiliencia a la operación. Para ello es necesario habilitar espacios de trabajo seguros e inteligentes, redes soportadas por AI/ML, redes habilitadas para la nube y modelos comerciales flexibles.
El gigante japonés expone que más que un proveedor de servicios, hoy las empresas necesitan un partner tecnológico, con fuertes conocimientos en la red, el negocio y los servicios críticos de sus clientes durante todo el ciclo: consultoría, diseño de la solución, implementación, soporte operacional y mejora continua. En todas estas categorías es donde principalmente se presentan y exponen los riesgos y desafíos que se deben sortear desde el punto de vista de la seguridad, contexto que usualmente afecta a millones de usuarios en todo el mundo
El gerente general de NTT Chile, Guillermo Moya concluye que “ya no se trata solo de teletrabajo, sino de un cambio radical en la forma en que nos relacionamos con los espacios laborales, con nuestros equipos y clientes. Adaptarse a estos cambios hoy no es opcional, sino que es clave para que las empresas logren entrar a la nueva era, que ya no está en el futuro, sino que es parte del presente”.
El teletrabajo hoy está enfrentando a los usuarios a nuevas realidades, en donde soportes como pendrives, discos duros de almacenamiento y softwares emplazados en la nube tendrán que entregar garantías sobre su uso y gestión, lo que debe ir acompañado por protocolos de seguridad
flexibles y oportunos, y también de fácil comprensión e implementación.