A medida que avanza el tiempo, la ciencia ha descubierto un sinnúmero de elementos y acciones que perjudican la vida de las especies que habitan el océano, tales como los desechos plásticos, las llamadas “redes fantasma”, la sobrepesca, el cambio climático y otras amenazas tal vez menos evidentes, como el ruido submarino.
Según Yacqueline Montecinos, encargada de Biodiversidad Marina de WWF Chile, “el impacto del ruido sobre los cetáceos causa problemas de comunicación entre los individuos de esta especie, lo que provoca que no puedan encontrarse entre sí para procesos reproductivos, y dificulta también el proceso de alimentación ya que limita la capacidad de los individuos para encontrar su fuente de alimento, lo que incide directamente en el aumento de la población ”.
Para reducir este riesgo, WWF Chile, la Dra. Susannah Buchan y el Centro de Investigación Oceanográfica COPAS SUR-AUSTRAL de la Universidad de Concepción, se encuentran desarrollando un “Sistema de Alerta Acústica en Tiempo Real”, con el fin de alertar a las embarcaciones sobre el tránsito de ballenas en el Golfo de Corcovado, al sur de Chiloé. “Esta estación de monitoreo acústico permite distinguir las vocalizaciones de las ballenas, analizarlas y transmitir su ubicación a los barcos para que así puedan disminuir su velocidad y evitar colisiones, daños en órganos auditivos o desorientación de los cetáceos”, detalla Montecinos.
El proyecto, antes aplicado en Estados Unidos para el monitoreo de ballenas grises y francas, ha involucrado un proceso de adaptación al escenario del Sur de Chile para obtener un panorama sobre el desarrollo de ballenas azules, sei y jorobadas, las cuales son esenciales para mantener el equilibrio en los ecosistemas. “Las ballenas tienen un gran valor para el planeta, se estima que cada individuo captura 33 toneladas de CO2, el equivalente a la capacidad de captura de carbono de mil árboles, y es por esto que es tan necesario implementar proyectos y medidas que las protejan y realcen su valor ecosistémico”, agrega la experta de WWF Chile.
El proyecto en desarrollo ya cuenta con el prototipo de boya oceanográfica y el estudio e identificación de la zona en la cual se instalará, para comenzar su funcionamiento el próximo año. “Esperamos que esta herramienta se pueda utilizar de forma eficaz por las embarcaciones que transitan la zona y evitar así el aumento de mortalidad de las ballenas, el deterioro de los hábitats marinos y, al mismo tiempo, encontrar una forma de mitigar el cambio climático”, puntualiza Yacqueline Montecinos.