Sofía Villavicencio, directora ejecutiva de Fundación Luz
No cabe duda que el pasado 25 de octubre el país fue testigo de un hecho histórico tras el Plebiscito Nacional 2020, en el que se impuso la opción Apruebo por un 78,27% sobre el Rechazo, siendo la Convención Constitucional, con un 79,13%, el órgano votado por la ciudadanía para redactar la nueva Constitución, la cual garantiza la paridad de género entre las y los encargados de escribir la nueva Carta Magna.
Posterior a este gran acontecimiento y luego de un ir y venir, el senado envió al Ejecutivo el proyecto de ley de escaños reservados para representantes de pueblos indígenas, y para promover la participación de las personas con discapacidad (PcD), además se garantizó un 5% de ellas en las listas de candidaturas de todos los partidos o pactos políticos que participen en la Convención Constitucional.
Claramente, esta modalidad nos pone contentos porque creemos que es más inclusiva que los escaños reservados, creemos que lo importante es poder competir con el resto de los candidatos de igual a igual. Gracias a esta ley es que hoy contamos con PcD, entre ellas personas ciegas o baja visión, como candidatos para escribir la nueva constitución.
No son pocas las PcD que sueñan con ocupar un puesto en la Convención Constitucional, esto luego de la elección que se llevará a cabo el próximo 11 de abril, y que ven en el proceso como la gran oportunidad para comenzar a cambiar este país por uno más igualitario e inclusivo.
Por eso, desde Fundación Luz consideramos que este es un tremendo paso para seguir avanzando en la construcción de una sociedad mucho más inclusiva y por supuesto en la cimentación de una futura Constitución. Es positivo ver cómo desde el principio se está considerando a las personas con discapacidad, lo que significa que no contaremos con artículos extraordinarios o aparte, si no que cuando se piense en cada artículo se tomará en cuenta a las personas con y sin discapacidad.
Durante los últimos años hemos visto avances significativos en materia de discapacidad, pero sin duda el estado debe seguir trabajando por la inclusión y la generación de políticas que contribuyan para contar con un país mucho más igualitario. Esta es una oportunidad única para que las personas con discapacidad puedan lograr un mayor empoderamiento y se atrevan a ser parte de un proceso que hará posible un Chile más justo.
Todos daremos un paso gigante y las PcD se convertirán en actores principales del diseño de las políticas que tendrá la nueva Constitución, escrita por todos y para todos los chilenos.
Esperamos que este entusiasmo del 5%, y este interés por ser un país más inclusivo, se vea reflejado en las votaciones y así efectivamente el colectivo de PcD sean representados y sean electos dentro del selecto grupo que construirán la nueva constitución.