Los fabricantes e inversionistas firmaron un compromiso con ZEBRA, Zero Emission Bus Rapid-deployment Accelerator por sus siglas en inglés, para expandir las flotas de autobuses de cero emisiones para el transporte público en Brasil, Chile, Colombia y México
ZEBRA presentó una coalición de 17 nuevos inversionistas y fabricantes de autobuses que se comprometen a financiar y traer nuevos productos con el objetivo de expandir la flota de autobuses de cero emisiones en América Latina durante los próximos 12 meses y más allá. Esta organización internacional está trabajando para asegurar USD$1 mil millones en inversiones que permitan desplegar más de 3000 autobuses eléctricos en las calles de América Latina.
Como parte del compromiso que se hará, los fabricantes ampliarán su oferta de autobuses eléctricos en América Latina durante los próximos 12 meses, pero enfocándose específicamente en ciudades de Brasil, Chile, Colombia y México, mientras que el equipo financiero pondrá a disposición fondos de inversión para apoyar a proyectos de autobuses de cero emisiones.
ZEBRA es una alianza liderada por la red de Ciudades C40 y el Consejo Internacional de Transporte Limpio (ICCT), con financiamiento de P4G. Entre algunos de los otros participantes se incluyen fabricantes y distribuidores de vehículos como Andes Motor, BYD, CreattiEV SAS, Foton, Higer, Sunwin, Vivipra y Yutong; así como inversionistas AMP Capital, ARC Global Fund, Ascendal, Ashmore Management Company, EDP Brasil, Enel X, John Laing, NEoT y el financiero BNDES, el banco de desarrollo brasileño.
El cambio de autobuses con motor diésel a autobuses de cero emisiones conlleva a un aire más limpio y con menos emisiones de gases de efecto invernadero, especialmente si la electricidad que alimenta el sistema viene de fuentes de energía renovables.
En las cuatro ciudades clave donde la alianza ZEBRA es más activa, el transporte es responsable de un gran porcentaje de las emisiones de gases de efecto invernadero: 71% en la Ciudad de México, 43% en Medellín, 79% en Santiago y 61% en São Paulo. La principal causa depende en gran medida por la tecnología tan obsoleta de autobuses diésel para el transporte público que se sigue usando.
El portavoz del C40, Thomas Maltese, dijo: “Hay ciudades que ya están decididas a hacer que sus flotas de transporte público tengan cero emisiones. Los compromisos anunciados hoy ayudarán a cumplir las demandas de las autoridades y operadores de tránsito, logrando así superar dos de las principales barreras para el despliegue de autobuses de cero emisiones: la limitada oferta para la elección de vehículos y la falta de inversión. La alianza garantizará que la región tenga ciudades más limpias y saludables, creará empleos nuevos y sostenibles y acelerará soluciones equitativas a la crisis climática”, finalizó.
En la actualidad, América Latina cuenta con más de 1900 autobuses eléctricos que evitan la liberación de más de 218 mil toneladas de emisiones de CO2 a la atmósfera cada año. Sin embargo, estos vehículos representan menos del 1% del total de la flota regional de autobuses, lo que hace evidente la urgencia de esta transición y la importancia de que los fabricantes e inversionistas se comprometan.
A largo plazo, los gastos de operación y mantenimiento de los autobuses eléctricos son mucho más bajos que los de los vehículos diésel. En Santiago, el operador privado Metbus descubrió que los costos operativos y de mantenimiento de su flota de más de 400 e-buses son un 70% y un 37% más baratos que un autobús diésel respectivamente.
Actualmente se están desarrollando y aplicando modelos de negocio y mecanismos financieros innovadores para posibilitar despliegues a gran escala de autobuses eléctricos, como por ejemplo la separación de la propiedad y operación de los autobuses en Santiago, el financiamiento concesional en Medellín o la separación de la propiedad de los chasis de los autobuses y batería en São Paulo. Modelos de negocios como este, donde los fabricantes e inversionistas juegan un papel crucial, pueden ayudar a los municipios y operadores privados a superar la falta de capital y la dificultad para acceder al crédito y lograr así reducir los riesgos financieros. Con el tiempo, estas inversiones continuarán permitiendo el despliegue de autobuses eléctricos en toda la región latinoamericana.
“Los compromisos pactados hoy representan una nueva dirección para el transporte público en América Latina. Con una nueva confianza en que el mercado está listo y capacitado para suministrar autobuses de cero emisiones, a los funcionarios públicos les resultará más fácil elegir esta dirección para todos los programas de renovación de flotas en el futuro”, explica Ray Minjares de ICCT.