El calentamiento global producido por la inyección a la atmósfera de CO2 a causa de la quema de combustible fósil, ha llevado a la necesidad imperiosa de cambiar sustantivamente la actual base energética planetaria sustentada en el carbón y petróleo a una que sea sostenible.
Un cambio de paradigma de la humanidad, dónde el hidrogeno verde toma fuerza liderado una nueva economía que se base en el uso de energías no aportantes de gases de efecto invernadero.
#ConversamosCon Pablo Durán, Consultor Senior Gestión Estratégica Ambiental Arcadis Chile para conocer el camino que Chile debe recorrer para ser líder en la generación de la energía del futuro.
¿Por qué el hidrógeno verde puede ser la energía del futuro?
El hidrógeno verde irrumpe para el cambio a una nueva economía global más limpia. El hidrógeno no es una novedad en ningún sentido, es el elemento más común del universo, el átomo más simple y el gas más ligero, combustiona muy fácilmente en presencia de oxígeno y se ha utilizado como combustible desde hace mucho, en especial en la industria espacial como carburante de propulsores de cohetes.
Sin embargo, el hidrógeno utilizado industrialmente hoy, no puede ser considerado un combustible limpio debido a su cadena de producción en la que participa la quema de combustible fósil, hablándose de hidrogeno gris e hidrogeno azul, el primero sin un tratamiento de descarbonización en su producción y el segundo con algún grado de descarbonización. El apellido “verde” es justamente el que sustenta su importancia en el cambio de paradigma hacia una economía limpia a escala global de uso hidrógeno verde como el combustible de los futuros motores a combustión, la carbono neutralidad de las fuentes de producción industrial de todo tipo (maquinaria, transporte e incluso de la vida urbana).
¿Cómo se produce?
La producción de hidrógeno se realiza a partir de la disociación de la molécula más abundante en el planeta, el agua, mediante un proceso de electrólisis que requiere energía, si esa energía proviene del sol o del viento, como las más comunes, el producto será hidrógeno verde, el combustible más limpio que se puede tener ya que su desecho de combustión es vapor de agua.
De esta forma, el hidrógeno verde es la fuente de energía masiva más prometedora que hoy tiene la humanidad y la expectativa es que al año 2050 sea el combustible que sustente la economía mundial, dejando a un lado los combustibles fósiles. Un kilo de hidrógeno permite que un vehículo se mueva por uno 100 kilómetros.
¿Cuál es el camino que tiene que recorrer Chile para ser líder en la generación de energía del futuro?
El país ya comenzó a recorrer ese camino hace unos años. Desde 2014, se ha triplicado el porcentaje de participación de energía eólica y solar sobre el total de la red eléctrica. El país ya ha superado la meta de llegar al 20% de generación eléctrica por energías renovables no convencionales (ERNC) y espera superar el 50-60% al 2030. Un ejemplo es que el 21,6% de participación en la generación de ERNC entre enero y noviembre de este año, prácticamente equipara el 23,1% que tiene el aporte de las centrales hidráulicas convencionales en el mismo periodo. En el mes de octubre el aporte llegó al 27,5% a nivel país. En relación con el futuro, tenemos un total de 12.959 MW de generación eléctrica con ERNC que actualmente se encuentran en calificación ambiental en el SEIA, los cuales acumulan una inversión estimada de US$18.041 millones, siendo lideradas por la tecnología solar fotovoltaica (54,2%), seguidas de las iniciativas eólicas (29,2%) y las fotovoltaica-termosolar (15,5%).
Un claro ejemplo del camino que el país está siguiendo, es una noticia de la semana pasada. Codelco, la mayor minera mundial, a través de su directorio, dio luz verde a su plan de sustentabilidad con el objetivo de reducir en un 70% al año 2030, las emisiones de carbono de las distintas faenas de la corporación minera. Para lograrlo, se deberá llegar al 100% de descarbonización sus contratos de energía (en la actualidad es sólo un 20%).
Chile tiene un buen avance en lo que respecta a la modificación de su matriz energética desde una mayoritaria en base a combustibles fósiles hacia una mayoritaria en base a energías renovables, básicamente solar y eólica. Por tanto, el país está encaminado a una fuerte utilización de sus ventajas naturales para producción de energía limpia y así poder alcanzar carbono neutralidad al año 2050 o antes.
Así las cosas, las condiciones base o primarias para avanzar a la producción de hidrógeno verde a escala industrial y ser un líder mundial, están dadas. Los objetivos en descarbonización y carbono neutralidad, están fijados en forma exigente por el Estado y la matriz energética se mueve rápidamente hacia ello, incluso superando a la fecha las metas intermedias programadas. Como vimos, la inversión prevista en ERNC para la década es enorme, lo que hace suponer que todo está dado para introducir la producción de hidrógeno verde en este escenario.
Por tanto, hoy, el principal desafío es implementar proyectos escalables sustentados en la energía solar y eólica, que permitan ir bajando costos para hacer que la producción de hidrogeno verde sea competitiva en relación a los combustibles fósiles. El costo de producción es la principal barrera para masificar el hidrógeno verde y en eso, Chile por sus condiciones naturales, es visto mundialmente como una de los más aventajados para alcanzar costos competitivos a escala industrial en un plazo de unos 10 años.
Un ejemplo, es lo dicho por el Jefe de la División de Combustibles y Nuevos Energéticos del Ministerio de Energía, Max Correa, quien señaló que “se espera que el país genere un precio de hidrógeno altamente competitivo, vale decir, menor a US$1,5 el kilogramo para 2030”, así, un vehículo propulsado por este combustible, podría recorrer unos 100 km por poco más de mil pesos actuales.
Otro ejemplo, es lo dicho en noviembre por el Presidente de la República al inaugurar la conferencia internacional “Chile 2020: Green Hydrogen Summit”, ocasión en la cual lanzó oficialmente la Estrategia Nacional de Hidrógeno que plantea tres objetivos principales: contar con 5 GW de capacidad de electrólisis en desarrollo a 2025; producir el hidrógeno verde más barato del planeta para 2030; y, ser uno de los tres principales exportadores mundiales para 2040.
En la misma ocasión el Ministro de Energía, Juan Carlos Jobet, indicó que estima que el plan de acción de la estrategia implicará durante los próximos 20 años la creación de 100.000 empleos y unos US$200 mil millones en inversión.
¿Cuáles son los desafíos?
Hay acuerdo entre los expertos que los desafíos macro corresponde a tres: a) lograr producción a gran escala y costo competitivo; b) lograr un almacenamiento y transporte seguro; y c) poseer el marco regulatorio necesario para la implantación y desarrollo de esta nueva industria.
Para comenzar, la Estrategia Nacional para el hidrógeno verde contempla activar la industria local con seis aplicaciones al año 2025: el uso en refinería, el amoníaco doméstico, camiones mineros, camiones pesados de ruta, buses de larga autonomía y la inyección en redes de gas hasta en un 20% de hidrógeno verde. Con ello se pretende propiciar la creación de una industria nacional de producción de hidrógeno verde. Para el Ministerio de Energía, estas aplicaciones son prioritarias y el foco estará en las aplicaciones que se encuentren más cerca de mercado y/o que presenten una demanda establecida, concentrada y de gran escala, para generar “conocimiento, escala, infraestructura y cadenas de suministro que permitirán a Chile acceder a mercados de exportación”.
Ante las nuevas restricciones por venir a nivel mundial para producción limpia descarbonizada, un desafío clave para el futuro exportador del país, será sanear ciertos procesos productivos que sostienen la economía nacional, como lo es hoy por ejemplo la minería, intensiva en consumo de combustibles fósiles y por tanto, con una huella de carbono que no está en sintonía con las exigencias de compradores de mercados desarrollados con conciencia socioambiental y sostenibilidad.
Un buen ejemplo de lo que se espera lograr en el mediano plazo, es que, de acuerdo con proyecciones del Ministerio de Energía, a partir del año 2025, los camiones CAEX mineros a hidrógeno podrían ser competitivos en costo total. Los camiones mineros queman alrededor de 2.000 litros de diésel por día y el ministro de energía ha señalado que sería suficiente menos del 1% del agua que la industria minera utiliza en Chile para reemplazar el consumo de diésel por hidrógeno verde en esos camiones mineros y así rebajar sustantivamente la huella de carbono de la industria la minería chilena.