Por Pablo Demarco, gerente comercial de Plataforma Energía
Salvo algunas excepciones, un “cliente libre” es aquel que al tener una potencia conectada superior a 500Kw puede optar por salir del sistema regulado y negociar directamente con las suministradoras su contrato de energía eléctrica.
De acuerdo al último Informe Preliminar de Previsión de Demanda elaborado por la Comisión Nacional de Energía (CNE), los traspasos de cliente regulado a libre de los últimos años han disminuido en cantidad y profundidad, marcando una migración casi total de quienes tuvieron la posibilidad de hacerlo.
Según el mismo informe, en el primer cuatrimestre de este año se redujo en un 32% la cantidad de nuevos clientes libres y en un 78% la energía comprometida en sus contratos, con respecto al mismo periodo del año pasado.
Desde la industria, compartimos este diagnóstico. Sin embargo, vale la pena hacer notar que han sido más de 1.000 los clientes que aprovecharon esta oportunidad, consiguiendo ahorros del orden de 20% a 30% en sus respectivos acuerdos eléctricos.
Esto se pudo dar gracias a las licitaciones para clientes regulados, que fomentaron el ingreso de nuevos tipos de energías renovables, lo que redundó en el desplome del precio de la energía para clientes libres, generando una gran oportunidad para cambiar de un régimen tarifario regulado a uno de libre acuerdo entre las partes.
Esta tendencia nos indica lo importante que es inyectar competencia en el mercado. En nuestra experiencia, este hecho es la clave para llegar al mejor trato entre suministradores y clientes libres. Cuando se busca a un futuro suministrador a través de una licitación tradicional, los oferentes más pequeños no son invitados a participar, quedando fuera simplemente por desconocimiento. Por otro lado, los precios conseguidos no son suficientemente buenos. Los oferentes saben que se invitó a una lista reducida y por ende la competencia es baja.
Las licitaciones de energía que realizamos, por ejemplo, en nuestra plataforma invitan a más de 80 empresas suministradoras a participar, que van desde las compañías más grandes hasta actores emergentes, donde todos tienen la misma posibilidad de adjudicarse un contrato. La participación masiva de suministradores fomenta la competencia, lo que se traduce en un valor final más bajo. Este círculo virtuoso ha permitido no sólo un mejor precio para el cliente final, sino que una alta eficiencia y transparencia de procesos habitualmente muy engorrosos de una licitación tradicional.
Esperamos que, a futuro, la tendencia de precios continúe a la baja. Recientemente se publicaron las bases de la licitación de energía para clientes regulados número 2021/01, que contempla el suministro desde 2026 hasta 2040. Proyectamos que esto puede traer beneficios a la red en el mediano plazo porque es muy probable que, al igual que las últimas dos licitaciones para clientes regulados del 2015 y 2017, sea adjudicada por nueva energía renovable.
Poniéndonos en la posición del cliente final, nuestro llamado es acercar lo antes posible los beneficios de una energía más flexible y transparente a cada uno de los actores en la cadena de suministro. Chile aún tiene mucho espacio para crecer en eficiencia y diversificación, pudiendo incluso bajar las barreras de entrada para nuevos clientes libres, lo que significaría un mejor negocio tanto para los generadores de energía, como para empresas que requieran una electricidad más competitiva. Los desafíos están ahí, sólo queda abrir la puerta y avanzar en busca de ellos.