Por Anne Traub, Directora ejecutiva de Fundación Niños Primero
Hoy, con un subsidio al empleo femenino en marcha, no hay duda en la necesidad de acelerar las soluciones para apoyar el cuidado de los hijos, en un contexto donde 7 de cada 10 mujeres se hace cargo de los niños en Chile.
Las respuestas son dispares. Y mientras por un lado, se hace necesario generar una apertura de los jardines infantiles, también es importante ver medidas alternativas, sobre todo en el contexto actual.
Sólo el 34% de los niños de 2 a 3 años, de los dos quintiles de menores ingresos del país, va al jardín. Sobre el 70% de los padres de los niños que no asisten, dicen que no lo consideran necesario pues “los cuidan mejor en casa”. Esto, en un contexto sin pandemia. Hoy, en medio de la crisis sanitaria, apenas 5% de los padres estaría dispuesto a enviar a sus hijos al colegio, según la encuesta Cadem.
Por todo ello, nadie asegura que la apertura del sistema pre-escolar sea por si misma un incentivo que de respuesta a la necesidad del cuidado de los niños para concretar la incorporación femenina al mundo del trabajo.
¿Qué hacer? Como Fundación Niños Primero hemos desarrollado una propuesta de programa piloto para poner en marcha las llamadas Guarderías de barrio, pero con un formato 2.0.
Se trataría de un sistema de 10 cuidadoras para cuatro niños cada una, apoyadas por un equipo multidisciplinario: una jefa del piloto, sicólogas, nutricionistas, además de una monitora de nuestra Fundación para sesiones lectivas diarias de manera remota por una hora. Adicionalmente, el piloto contempla la instalación de cámaras de seguridad en las casas de las cuidadoras, de manera que la mamá trabajadora pueda ver a su hijo en todo momento.
Sobre las cuidadoras, se trataría de madres que han sido parte de los programas de Fundación Niños Primero, donde han sido capacitadas en el desarrollo de habilidades cognitivas, sociales, emocionales.
Según nuestras estimaciones, el costo de este programa sería de $80 millones al año para 40 niños, valor inferior al de países que ya implementaron las guarderías de barrio, como EE.UU. Y nuestra propuesta sería partir este piloto en comunas con altos índices de desempleo femenino, como Cerro Navia o Renca,
Hoy es más necesario que nunca abrir puertas para que las mujeres puedan conciliar trabajo y familia, y qué mejor que hacerlo a través de guarderías de barrio, que no son otra cosa que una red sólida de mujeres que se apoyan y cuidan entre sí.