Por Frederik Evendt, Gerente General Séché Group Chile
Las universidades y centros de formación técnica son los responsables de generar el soporte humano al desarrollo empresarial, pero ¿cómo retribuir a estas instituciones desde la empresa?
La formación de buenos profesionales y técnicos desde las universidades y centros de formación técnica es esencial en el desarrollo de nuevas tecnologías e innovación de procesos productivos, tanto para empresas de servicios como industriales.
Las empresas tienen la responsabilidad de saber contestar a las necesidades formativas de las nuevas generaciones de profesionales que entran al mercado laboral, mediante un vínculo entre las compañías y las casas de estudios, permitiendo una resonancia entre las necesidades del mercado y las mallas curriculares. De este modo, podemos anticiparnos a las necesidades país sobre materia ambiental y el crecimiento en los empleos verdes en el sector privado y público.
Para ayudar a la academia, el sector privado debe considerar que también es un ente formador y educador, porque brinda experiencia y terreno a los y las estudiantes, profesorado y directivos de las casas de estudios. Esta relación es un círculo virtuoso. A mayor involucramiento de la industria apoyando a la academia, mejores serán las nuevas generaciones de profesionales y técnicos que enfrentarán los desafíos de un Chile cambiante, con empresas e instituciones más exigentes, particularmente en materia ambiental.
Las empresas internacionales tenemos una oportunidad adicional de fomentar el intercambio de ideas y aprendizajes entre países, mejorando a través de la colaboración entre filiales las capacidades en los países donde operamos.
La experiencia de incorporar y trabajar con futuros profesionales, capacitados en tecnologías verdes, permite empujar el desarrollo de acciones que benefician directamente al medio ambiente, la biodiversidad, la economía circular y la equidad.