Por Marcela del Barrio, Directora de Gestión de Personas de Sodexo Servicios de Beneficios e Incentivos
La inserción de las mujeres al mercado del trabajo es relativamente tardía en Chile y una de las más bajas de América Latina.
A pesar de los diversos esfuerzos en los últimos años por cerrar esta brecha, hoy este panorama se vuelve a presentar como un desafío alarmante por la disminución notoria en la participación laboral femenina de los últimos meses, llegando al 41,3% el segundo trimestre de este año según las últimas estadísticas del INE, en que de los 1,8 millón de puestos laborales que se han perdido casi 900 mil son femeninos, marcando un retroceso a la realidad similar que teníamos hace 10 años.
Históricamente la mujer ha tenido que cargar con el doble rol del cuidado de personas y administración del hogar, desventaja que ha permeado su participación en el mercado laboral hasta el día de hoy. Esta situación se reflejó en la última encuesta realizada por Cadem donde el 52% de las mujeres afirmó que su principal problema es la compatibilización de las responsabilidades laborales con las tareas domésticas.
Para combatir este retroceso y continuar en la lucha por una mayor equidad de género todos debemos hacernos responsables. Por supuesto el Estado juega un rol fundamental, pero las empresas también. Nuestra labor como empleadores es la de brindar apoyo a nuestras colaboradoras en todo momento y con mayor necesidad durante estos meses. Contar con servicios de cuidado de menores, transporte seguro, abastecimiento y capacitaciones para igualar los conocimientos a la hora de buscar empleo, son claves para un desarrollo social y económico. A esto, sumar la consciencia de la corresponsabilidad en términos de crianza y hogar, entregando, por ejemplo, el beneficio de Sala Cuna también a los hombres.
Con el comienzo del retorno a los espacios de trabajo, la reactivación de nuevas oportunidades laborales y los nuevos cambios en las dinámicas del hogar, no debemos perder de vista que aún queda mucho por hacer en materia de equidad. Un beneficio que no esté acorde a las necesidades actuales de sus colaboradores no tendrá el efecto por el cual se gestó en un comienzo y se le podrá considerar, en cierta medida, un esfuerzo en vano. Por lo mismo, debemos estar atentos y preparados para afrontar de la mejor manera los nuevos desafíos que la pandemia seguirá trayendo.