A través de una campaña promovida en Charge.org, diversas organizaciones en el mundo, entre ellas Fundación Liderazgo Chile, buscan presentar la Declaración de Guayaquil ante la ONU, documento con el que se aspira a legislar en torno al desarrollo de las habilidades emocionales.
“Educación emocional para el mundo” es el trasfondo de una solicitud que diversas organizaciones de todo el planeta pretenden presentar ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la denominada Declaración de Guayaquil, que busca “que la sociedad cambie al alero de la educación emocional” y aspira a que los países tengan una legislación sobre este aspecto.
Para ello, se inició una campaña internacional a través de Charge.org la cual es difundida en nuestro país por la Fundación Liderazgo Chile (FLICH), mediante la cual se busca contar con 1 millón de firmas para darle sustento y valor a esta solicitud que se alza ante la Organización de las Naciones Unidas. En ésta, se pide que la “ONU sugiera a los gobiernos y administraciones de cada país que promuevan y dicten una legislación que garantice el ejercicio del derecho de todo ser humano a una educación integral, particularmente en el desarrollo de habilidades emocionales”.
Al respecto, cabe destacar que la Fundación Liderazgo Chile, es precisamente precursora en Chile de un proyecto de ley que busca incorporar la Educación Emocional en las salas de clases del país. Arnaldo Canales, presidente de FLICH, explicó que esta iniciativa jurídica busca que “el docente adquiera herramientas y competencias en su proceso pedagógico para incorporarlas -de forma transversal- en la malla curricular”.
Emociones y Covid-19
Ahora, en tiempos de pandemia, la Declaración de Guayaquil y el énfasis que se le quiere dar a la Educación Emocional, es fundamental, añadió Canales. “La educación emocional busca poder abrir la conciencia emocional, lo que permitirá encontrarnos con una sociedad más empática, que desarrolla “la escucha hacia el otro” y lo respeta como un individuo legítimo. Trabajar desde ya en estos aspectos y lograr un apoyo masivo a esta campaña para presentar la Declaración de Guayaquil, es fundamental para cuando termine esta pandemia”, explicó.
Cabe destacar que tras la llegada del Covid-19 a Chile y el mundo, “la sociedad no estaba preparada para gestionar emocionalmente la contingencia sanitaria que le continuó. Asimismo, la capacidad de resiliencia ha sido duramente puesta a prueba a lo largo de estos meses, lo que -sin duda- son antecedentes válidos a la hora de repensar el modelo de sociedad que buscamos”, remarcó Canales.
En esta línea, el documento que llegaría a manos de la ONU, señala que “la Educación Emocional debe tener fuerza de ley para garantizar cuatro condiciones fundamentales: a) Alcance sistémico: Llegar a todos los niños, niñas y adolescentes de una comunidad. b) Estrategia sustentable y cotidiana: las prácticas deben ser sostenidas a lo largo de todos los niveles y desarrollarse en forma diaria para consolidarse como hábitos saludables de relación. c) Con fundamento científico: Las formaciones de educadores deben ser de calidad. d) Gratuitas: dichas formaciones deben ser un recurso gratuito y garantizado por los gobiernos de cada país”.
Al concluir, Arnaldo Canales llamó a respaldar esta campaña, “por cuanto este modelo de educación nos llevará a ser más conscientes de las competencias emocionales que manejan los estudiantes, docentes, directivos y la sociedad, en general, lo que permitirá a los profesores, por ejemplo, acceder a la conciencia emocional, la vinculación con el otro y a lo que emerge entre el docente y el estudiante que genera un marco de confianza. En definitiva, nos conducirá a tener una sociedad más empática y feliz”.