Una encuesta entre 78 entidades financieras de América Latina y el Caribe, que representan 54% de los activos totales manejados por el sector bancario en la región, reveló que 38% de los bancos incorpora lineamientos asociados al cambio climático en su estrategia y 24% tiene una política de evaluación y divulgación de riesgos climáticos.
El estudio “Cómo los bancos incorporan el cambio climático en su gestión de riesgos – 1era encuesta en América Latina y el Caribe” fue presentado hoy durante un seminario web y elaborado por la Iniciativa Financiera del Programa de la ONU para el Ambiente (UNEP FI) y CAF – banco de desarrollo de América Latina, con la colaboración de la Federación Latinoamericana de Bancos (FELABAN).
En la encuesta, 69% de los bancos indicaron que el sector económico que se percibe como más expuesto a riesgos climáticos es el silvoagropecuario, seguido del sector de generación de energía, con 44%. Además, 80% de los bancos indicó que el principal riesgo físico a incorporar en su evaluación y gestión de riesgos es la “inundación”, seguido por la “sequía”, que fue mencionado por 41 % de los encuestados.
El estudio señala que el sector bancario de América Latina y el Caribe tiene una gran oportunidad de avanzar en la evaluación de los riesgos asociados al cambio climático en sus planes y estrategias, con el objetivo de aumentar su resiliencia y prepararse mejor para apoyar la transición hacia economías bajas en carbono.
De acuerdo con el análisis, 41% de los bancos encuestados en la región sostiene que no tiene mecanismos para identificar, analizar y gestionar riesgos climáticos.
Los autores de la encuesta concluyen que los riesgos climáticos no se gestionan, principalmente, por falta de información respecto al impacto financiero del cambio climático y por la ausencia de exigencias de parte de los entes reguladores.
Aún los bancos tienden a percibir los riesgos climáticos desde la perspectiva de cómo impactan las empresas al medio ambiente, y no de cuál es el grado de exposición de esas empresas frente a las amenazas climáticas, lo cual es clave de cara al aumento esperado de impactos relacionados con un clima más extremo, señala el reporte.
De acuerdo con el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), dada la actual concentración y las continuas emisiones de gases de efecto invernadero, es probable que a finales de siglo el incremento de la temperatura mundial supere los 1,5 ˚C sobre los niveles preindustriales, esto vendrá con aumentos en el nivel del mar y una mayor frecuencia e intensidad de los impactos del cambio climático.
“En la última década, los bancos de América Latina y el Caribe han avanzado significativamente en la incorporación de criterios de sostenibilidad en sus distintas áreas de trabajo. El estudio que hoy presentamos contribuirá además a que puedan oportunamente gestionar riesgos climáticos en sus carteras de financiamiento”, dijo Julián Suárez Migliozzi, vicepresidente de Desarrollo Sostenible de CAF.
“La evaluación de riesgos climáticos es clave para el objetivo de alinear a la industria bancaria con una economía global sostenible y equitativa en el siglo XXI, que adquiere aún más relevancia hoy que necesitamos reconstruir mejor tras la pandemia de la COVID-19”, señaló Eric Usher, director de UNEP FI.
El reporte llama a seguir las recomendaciones del Grupo de Trabajo internacional sobre divulgaciones financieras relacionadas con el clima (TCFD), y a replicar iniciativas como el proyecto piloto de UNEP FI con 16 de los principales bancos del mundo para desarrollar herramientas analíticas e indicadores que ayuden a fortalecer la evaluación y divulgación de riesgos climáticos. Esto está incluido en el Curso Virtual de “Cambio Climático y TCFD: Riesgos y Oportunidades para el sector bancario” de UNEP FI con la colaboración de CAF.
La encuesta reveló que 53% de los bancos utilizan el Reporte de Sustentabilidad como mecanismo para divulgar riesgos asociados al cambio climático, mientras que solo 16% de los bancos reporta a través de formularios financieros regulatorios conforme a las recomendaciones del TCFD.
Debido al desconocimiento y poca claridad respecto a definiciones relacionadas a los riesgos climáticos, los autores también llaman al sector bancario de la región a trabajar en la elaboración de una taxonomía que permita dar a conocer definiciones comunes en la banca latinoamericana sobre estos temas.