Por Carla García, Business Developer Director para Latinoamérica en Zoho
Las empresas deben prepararse a dar un salto tecnológico que les permita llevar sus productos a través de los canales digitales de forma oportuna.
Los bienes digitales duplicarán su participación en las ventas de comercio electrónico en América Latina.
A medida que el COVID-19 impacta a todos los países, los consumidores de América Latina comienzan a experimentar enormes cambios en sus rutinas diarias, a causa del aislamiento al que se han visto sometidos. Uno de los cambios más obvios e inmediatos provocados por la crisis ha estado en los hábitos de consumo: las personas han comenzado a confiar en el comercio electrónico y en la llamada ‘Economía de bajo contacto.
La tecnología se ha convertido en un recurso clave para hacer frente a esta nueva realidad donde los hogares son el epicentro de actividades que anteriormente se realizaban en múltiples locaciones. Los consumidores están utilizando los medios digitales para enfrentar su estrés, ansiedad y soledad, a través de herramientas que les permiten socializar, trabajar, aprender y entretenerse a través de internet.
Las empresas están llamadas a adaptarse a estos cambios y crear oportunidades en los canales digitales para sus marcas. Al fin y al cabo, el confinamiento ha intensificado el tráfico en línea y ha aumentado la demanda y la compra de bienes, servicios y contenidos digitales.
Según un estudio de la firma de análisis de mercados Nielsen, para finales de este año los bienes digitales duplicarán su participación entre las ventas de comercio electrónico en América Latina. El comercio minorista, a su vez, se habrá recuperado para 2021, cuando crecerá a tasas similares a 2019. Por otro lado, según datos del último informe de la Cámara de Comercio de Santiago (CCS), el mercado online en Chile se triplicó, logrando un crecimiento del 214% en 12 meses. Además, si comparamos cifras de abril del año 2019 con el presente año, el E-commerce incrementó sus ventas en un 150%, una gran oportunidad y desafío para las empresas que aún no cuentan con este tipo de plataforma y medios de pago digitales.
De esta forma, es clave que las compañías comiencen a priorizar algunas actividades, sin importar su tamaño, para ofrecer un servicio en línea sobresaliente. Entre estas se encuentran:
● Automatizar las operaciones para tomar pedidos y realizar entregas de sus productos sin que exista contacto físico.
● Brindar contenido rápido, conciso y en tiempo real para mantenerse informado durante un período de incertidumbre.
● Integrar sistemas de videoconferencia que le ayuden a limitar los viajes no esenciales y las medidas extremas de precaución al transportarse localmente.
● Proporcionar recursos digitales, como aplicaciones y herramientas, para ayudar a las personas de alto riesgo y priorizar la salud y la seguridad de los consumidores.
● Poner a disposición de los consumidores a compartir datos personales para rastreo, seguimiento y beneficio de la salud pública.
● Apoyar a las pequeñas empresas con productos de origen local.
Los consumidores están apostando como nunca antes por las compras de bienes y servicios en línea, las entregas y los métodos de pago digital. Incluso aquellos que no están acostumbrados a esta nueva forma de adquirir productos a través de canales digitales están aprendiendo a usar nuevas herramientas para satisfacer las necesidades diarias.