Por María Jesús García-Huidobro, gerente de markting de Laborum.com
Si bien el trabajo a distancia era una tendencia que se venía tratando de implementar hace meses, su abrupta adopción por la crisis sanitaria dejó a muchos a la deriva. Paralelamente, con la expansión de la pandemia, cientos de empresas se han visto enfrentadas al deber de implementar nuevas formas de manejar equipos y desarrollar servicios.
Estos meses, que para muchas personas -tanto colaboradores como jefaturas- se han convertido en instancias de prueba, aciertos y preocupaciones, debemos tomarlos como un tiempo de aprendizaje rápido, ya que el uso de la tecnología, nuevos canales de comunicación y el teletrabajo llegaron para quedarse, y ya no podemos retroceder. Es una especie de periodo de transición que nos está permitiendo adecuarnos a las nuevas tendencias laborales.
Debemos aprender que la normalidad ya no es la misma de antes y así generar avances, además de entender que, siempre y cuando el rubro lo permita, la oficina ya no es sinónimo de un espacio físico. El deber de las empresas ahora es implementar herramientas que permitirán que el trabajo sea realizado desde cualquier lugar, con más flexibilidad y confianza en el desarrollo laboral y capacidades de los colaboradores.